Algeciras

El jimenato perdido en el monte aparece tras dos días de búsqueda

  • Daniel Mateo presenta buen estado de salud tras ser encontrado a 10 kilómetros de donde partió el sábado · Sostiene que se desorientó por culpa de la niebla y que su móvil se estropeó por la lluvia

Hambre y frío tras dos días perdido en el monte y un final casi milagroso. El jimenato Daniel Mateo Meléndez, de 62 años, desaparecido el sábado cuando salió a recoger setas, fue encontrado ayer sano y salvo tras la movilización de un amplio dispositivo de búsqueda por el parque natural de Los Alcornocales.

Mateo fue localizado en perfectas condiciones de salud en el monte conocido como Canuto Largo, a unos 10 kilómetros del lugar donde desapareció. Su expedición se convirtió en toda una odisea que ha mantenido a sus familiares y amigos con el corazón en vilo durante todo el fin de semana. El recolector se adentró en Los Alcornocales por un carril forestal en la zona de La Motilla para recoger hongos como hace habitualmente sin saber que hasta ayer lunes no regresaría a casa.

Finalmente, tras dos días vagando, la fortuna decidió ponerse de su lado e hizo que se cruzara con un coche en el que viajaban dos trabajadores de la empresa Tragsega, encargada de la gestión de trampas para jabalíes, en Canuto Largo. Éstos, sorprendidos por el buen estado que presentaba Daniel y conocedores de su búsqueda, llamaron a la Guardia Civil de inmediato. Al final el susto ha quedado en anécdota y todos se alegran del feliz desenlace.

En declaraciones recogidas por este periódico, Mateo relató haber pasado hambre durante sus más de 48 horas por el monte: "He comido dos peros, un trocito de morcilla y una latilla de calamares. He pasado mucha hambre". De hecho, nada más llegar a casa se tomó un buen plato de sopa de fideos y una copita de vino para entrar en calor, matando dos pájaros de un tiro. También confesó que, a pesar de estar perdido, no abandonó las setas que había recolectado. Las tiene en casa como un particular trofeo.

Fue precisamente la ambición de recoger más ejemplares la que le llevó a caminar hacia una cota más elevada. Sobre las cinco de la tarde la niebla invadió todo el terreno, lo que provocó que Daniel se desorientara a pesar de que ser conocedor de la zona. Quiso regresar antes de la caída del sol pero fue demasiado tarde y ya no sabía donde se encontraba. Tentó a la suerte y comenzó a andar -continuó explicando a Europa Sur- sin ser consciente de que a cada paso que daba se alejaba aún más del camino de regreso. "Estaba más preocupado por mi familia que por mí mismo. Yo estaba bien, pero me imaginaba lo que debían estar pasando y que me estarían buscando", relató Daniel. No le faltaba razón. El mismo sábado a última hora su familia ya denunció que no había regresado. Para más inri la tecnología le dio la espalda y su teléfono móvil se estropeó por culpa de la lluvia.

La alarma saltó enseguida. Ante la imposibilidad de localizarle muchos temían que hubiese sufrido un accidente ya que se le suponía en una zona muy escarpada. Un vecino de su misma calle, José Antonio Navarro, se expresó en ese sentido: "Nos temíamos que hubiese sufrido un accidente pero, por suerte, está bien, sólo cansado y un poco desaliñado".

La primera noche al raso Daniel no se lo pensó dos veces cuando encontró en su camino una máquina excavadora. Se metió dentro para dormir y guarnecerse de la humedad y el frío. Cuando amaneció el domingo se levantó y continuó vagando sin rumbo cierto, con la esperanza de encontrar a alguien. "Di muchas vueltas, iba por los senderos hasta que se terminaban y tenía que volver sobre mis pasos y coger otro", relató Daniel. Cuando encontró la casa de un guarda vio el cielo abierto, pero se le cerró en cuanto comprobó que no había nadie ya que no trabajaban en domingo.

Mientras tanto, ese mismo día a primera hora se activó un amplio dispositivo de búsqueda. Desde el aire un helicóptero del Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA) barría toda la zona y por tierra agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local, una unidad canina del Seprona, un grupo de rescate especializado de los Bomberos, retenes del plan Infoca, agentes de Medio Ambiente y Protección Civil peinaban el lugar. Daniel contó que vio al helicóptero y le hizo señales, pero el equipo de rescate no llego a verle.

Este dispositivo especial estuvo comandado por el alcalde de Jimena, Pascual Collado, como jefe del servicio local de Protección Civil y, además, como sucede en estos casos, unos 200 vecinos, los que conocían bien el monte, colaboraron haciendo su propia búsqueda. El dispositivo, sin embargo, siguiendo la opción más lógica, se centró en la zona de Los Alcornocales que limita con la provincia de Málaga, muy escarpada y con pocos caminos, salvo el carril de acceso donde fue encontrado su Volkswagen rojo y único rastro de su presencia. Lo que no imaginaba nadie era que Daniel iba a caminar hasta 10 kilómetros en tan poco tiempo.

Meléndez decidió pasar la noche del domingo en una caseta que había abierta en el terreno de la casa del guarda forestal. Ayer esperó al encargado pero como tardaba mucho, se marchó hasta encontrarse con los trabajadores.

Collado destacó especialmente "el gran gesto de solidaridad demostrado por las decenas de vecinos, conocedores de los montes locales, que se han presentado como voluntarios para buscar". Ahora a Daniel sólo le queda descansar y reponer fuerzas porque afirmó que no duda en volver al campo en cuanto se haya recuperado.

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