Campo de Gibraltar

Ceballos ensalza a las cofradías locales por mantener la fraternidad cristiana

  • El obispo de Cádiz y Ceuta oficia la misa cantada con la que se cierran los actos de los 400 años de devoción a las imágenes de la Virgen de la Soledad, el Cristo de la Veracruz y el Cristo del Santo Entierro

Los cofrades sanroqueños culminaron ayer los actos de celebración de los 400 años de devoción a las imágenes de la Virgen de la Soledad, el Cristo de la Veracruz y el Cristo del Santo Entierro con una eucaristía cantada que ofició el obispo de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos, en la parroquia de Santa María la Coronada, que se llenó para que quedara patente el centenario sentimiento cofrade y religioso de la ciudad.

La coral Inmaculada Concepción de Campamento fue la encargada de guiar con sus afinadas voces las oraciones cantadas que se dieron en la misa. Durante su sermón, Ceballos pidió a los feligreses que miraran al Cristo de las Aguas y de la Virgen de la Soledad como han hecho generaciones de sanroqueños durante 400 años, que en su corona colocaran los pensamientos atrevidos, las ambiciones del mundo actual en sus manos, la impaciencia en sus pies clavados y que los pecados los lloraran junto a las imágenes.

El obispo, además, destacó la labor de los representantes de las cofradías, por ser "constructores de fraternidad" y alentó a los presentes por estar del lado de la iglesia, con una formación cristiana permanente basada en la palabra de Dios. Ceballos también invitó a todos a participar en la "revolución" de la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebra en agosto en Madrid.

Llegado el momento de las ofrendas, además del pan y del vino, la comunidad católica sanroqueña ofreció las medallas de todas las hermandades de la ciudad, como símbolo de pertenencia a Cristo, la vela que ilumina a los titulares y las flores que embellecen a las imágenes.

Tras la eucaristía, el presidente del Consejo Local de Cofradías de Puerto Real, Felipe Salvador, fue el encargado de ofrecer a los feligreses la historia de las cofradías que ayer clausuraban su cuarto centenario de devoción donde reside la de Gibraltar con la asistencia del historiador y sacerdote Pedro Rodríguez.

Se tiene constancia documental de que los Hermanos Franciscanos rendían culto y procesionaban, hace 400 años en Gibraltar, a la Virgen de la Soledad, el Cristo de la Veracruz y el Cristo del Santo Entierro, además de la Virgen de la Magdalena y San Juan del Calvario. Tras la toma de Gibraltar por los británicos, la cofradía de la Soledad y el Santo Entierro continuó su existencia en San Roque, donde sus miembros habían logrado reunir algunas alhajas y hasta donde habían podido trasladar sus queridas imágenes. Parecida suerte corrió la Hermandad de la Vera Cruz, probablemente la más antigua del Peñón.

Los actos de 400 años de devoción han sido organizados por las dos hermandades implicadas y el Consejo Local de Hermandades y Cofradías, con la colaboración del Ayuntamiento de San Roque.

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