Campo de Gibraltar

Prostitutas de un club de los Galán dicen que ganan "500 euros al día"

  • Las mujeres testifican ante el juez que "trabajamos por voluntad propia" sin ser coaccionadas y porque "la limpieza está muy mal" · "La Policía se ha interesado por si estábamos a gusto", dicen dos de ellas

Tres prostitutas (dos rumanas y una ecuatoriana) declararon a favor de la familia Galán en el juzgado de Chiclana que instruye la Operación Toscana contra los clubs de alterne de los jerezanos el pasado fin de semana. Este medio ha tenido acceso a las declaraciones de las tres mujeres, todas trabajadoras del club La Hacienda, enclavado en El Puerto, que niegan haber sido "coaccionadas" en su trabajo o haber sufrido malos tratos.

Una de estas chicas aseveró en sede judicial que, "dependiendo del mes, gano 300, 400 ó 1.000 euros al día; eso depende, pues tengo, más o menos, una, dos o tres relaciones sexuales. Al club le pago sólo 50 euros, que me los dejo en varios pases -intercambios sexuales-". Esta mujer declaró que "nunca he pagado sanciones ni sabe si sabe que nadie las haya pagado". "Estoy mandando dinero a mis padres en Rumania", añadió. Esta ciudadana rumana testificó también que "entre los detenidos hay muchos encargados. Son como una familia para mí". Esta mujer asevera que ejerce la prostitución porque "la cosa está fatal y limpiando, por ejemplo, no gano casi nada". Otra compatriota indicó que "tengo, más o menos, una, dos o tres relaciones al día. Gano 5.000, 8.000 o 10.000 euros -mensuales, se presupone- y no los declaro a Hacienda". Afirmó, como la anterior mujer, que "si me voy mucho tiempo puedo volver libremente. Que no conozco a nadie que haya sido sancionada por no bajar (al club)". Las dos rumanas indicaron en sus declaraciones que "comemos lo que queremos" en plan buffet donde hay "carne, sopa, arroz, patatas fritas, ect...", dice una. Ambas señalaron que conocen a una de las imputadas, Rocío Galán, como "la encargada de la comida". La segunda meretriz rumana indicó que "me llevo muy bien con Rocío. No nos trata mal". Esta mujer explicó, a petición de uno de los abogados defensores, que "no consumo droga ni la he visto consumir. Si algún cliente la lleva es cosa suya, no es mi problema. Pero ningún encargado la facilita".

La tercera mujer que testificó a favor de la familia Galán y resto de imputados mantuvo un discurso similar al de sus dos compañeras. Esta prostituta, ecuatoriana, manifestó que fue "por cuenta propia" al juzgado porque "he visto el caso por la tele. Trabajo voluntariamente en el club. No me ha pagado nadie por venir aquí -al juzgado-. Trabajo porque soy madre soltera y porque tengo dos hijas en Ecuador, a los que mando dinero". La mujer relató que trabajó de limpiadora para lograr "los papeles" pero "trabajo de prostituta porque saco más dinero". Esta testigo no declara su nivel de ingresos, al contrario que las otras dos mujeres, pero afirmó que "pago 50 euros al día al club. Si trabajo pago, y si no lo hago no pago". La ecuatoriana mantuvo que tiene plena libertad: "Bajo cuando quiero, subo cuando quiero y salgo cuando quiero". Añadió que "nunca he visto que hayan obligado a una compañera a ejercer la prostitución". La sudamericana se refirió también a Rocío Galán y dijo que, aunque "la veo muy poco", su "trato es cordial y amable. Cuando la he visto es porque ha venido a preguntar cómo está la comida".

Las dos mujeres rumanas mantuvieron que la policía -sin concretar a qué fuerza de seguridad se refieren- "viene al club cada dos o tres meses y muchas veces ha hablado con nosotras, nos ha pedido la documentación y se han interesado por si estábamos a gusto en el club". Una de estas mujeres añadió que "estamos en el club por voluntad propia".

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