Viajar, por ejemplo, de La Línea a a Algeciras en un autobús de línea es imposible para una persona que vaya en silla de ruedas. Sólo dos microbuses de los 21 vehículos que posee el Consorcio de Transportes del Campo de Gibraltar para cubrir las 14 líneas que unen toda la comarca están adaptados para que puedan ser utilizados por personas con movilidad reducida. El gerente del ente comarcal, Carlos Sánchez, explicó que actualmente estos autobuses sólo se utilizan para la línea que enlaza Algeciras con San Roque, y que en cada uno de ellos sólo puede viajar una persona en silla de ruedas, puesto que sólo una plaza está adaptada.

Esta situación hace que las posibilidades que estas personas tienen para recorrer trayectos cortos dentro del Campo de Gibraltar se reduzca a la utilización de vehículos privados aunque, como relató la presidenta de la Federación Gaditana de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (Fegadi), María Ángeles de Cózar, son pocos los que disponen de medios económicos para comprar su propio automóvil adaptado y muchos menos los que pueden sacarse el carnet de conducir porque las autoescuelas de la zona no suelen están preparadas para ello.

El gerente del Consorcio contó que el aumento del número de este tipo de autobuses depende de la renovación de la flota de las empresas, que obtienen una subvención de la Junta de Andalucía para que los nuevos autobuses estén adaptados. El gerente auguró que probablemente Comes y Portillo sean las que pronto incorporen más vehículos de este tipo, aunque no supo aventurar una fecha en la que la compra se haga efectiva.

La presidenta de Fegadi explicó que la adaptación del transporte público es una de las luchas más importantes de la organización que dirige. "En la comarca es muy difícil, por no decir imposible, viajar en transporte público. Aquí son los autobuses y los taxis los que no están adaptados, pero también es difícil viajar en tren en el resto de España, o subirse a un avión, y sólo se nota una mayor accesibilidad en ciudades grandes o en zonas turísticas", contó María Ángeles.

Una plataforma hidráulica, una estructura con una anchura suficiente para que pase una silla de ruedas y un suelo sin obstáculos son las características básicas de un vehículo adaptado. Sin embargo, Sánchez especificó que no sólo hace falta que el autobús disponga de rampa ya que, para hacerla efectiva, el suelo de las paradas debe tener una determinada altura con respecto al vehículo y, para ello, se necesita que los Ayuntamientos de la comarca colaboren. La presidenta de Fegadi discrepó sobre esta cuestión y dijo que sólo se necesita la voluntad y la paciencia del conductor para que la plataforma llegue tanto a la acera como a la calzada y la persona pueda subir. Para que esta realidad se haga del todo efectiva en la comarca aún debe pasar algún tiempo.