Campo de Gibraltar

Una ayuda para el futuro del alcornocal

  • Un estudio prueba el éxito de los cercados cinegéticos que protegen brotes de esta especie en Los Barrios desde 2001 Los montes de Murta suman 81 hectáreas de superficie acotada

El parque natural de Los Alcornocales necesita atención urgente. La considerada como la última selva del Mediterráneo afronta un momento decisivo del que depende su supervivencia. La antaño incontrolada saca del corcho y la cada vez más frecuente enfermedad de la seca o decaimiento amenazan el futuro de la masa boscosa de alcornoques más importante del sur de Europa.

Para hacer frente a este declive, diferentes administraciones han emprendido planes de repoblación que buscan rejuvenecer el alcornocal. Un ejemplar puede llegar a vivir 300 años, si bien la saca del corcho somete a un envejecimiento prematuro al árbol que puede reducir su esperanza de vida hasta apenas 150 y le hace, inequívocamente, más vulnerable a enfermedades y parásitos.

Uno de estos intentos de reflotar el bosque se encuentra en el término municipal de Los Barrios, donde hace ahora quince años el Ayuntamiento emprendió un proyecto de regeneración natural bajo cercados cinegéticos. Se trata de unas pequeñas explotaciones controladas donde los brotes se encuentran a salvo de uno de sus principales peligros: los depredadores herbívoros -fauna cinegética y ganado- que encuentran en los plantones un manjar.

La ingeniero de Montes Marta Gaspe, titulada por la Universidad de Córdoba (UCO), ha constatado a través de un estudio científico la idoneidad de este método de trabajo para el relevo generacional de los alcornoques tras tres lustros de funcionamiento. Gaspe pasó buena parte del verano de 2014 en el término municipal de Los Barrios analizando los cuatro primeros cercados cinegéticos instalados en el año 2001 en otros tantos enclaves de la finca municipal de Murta. Fue su proyecto final de carrera y sus principales conclusiones apuntan a que se trata de una fórmula adecuada, siempre que exista una supervisión y mantenimiento constante de los mismos.

Las conclusiones del estudio fueron presentadas en las recientes Jornadas sobre flora, fauna y ecología del Campo de Gibraltar organizadas por el Instituto de Estudios Campogibraltareños (IECG) de la Mancomunidad de Municipios. "La mera repoblación a veces no resulta suficiente, siendo más bien una ayuda a la regeneración natural, esto es, que sean las propias bellotas las que den lugar a nuevos ejemplares y que éstos crezcan en zonas aisladas de la fauna (ciervos y gamos, principalmente) que encuentran en los brotes de alcornoque un apetecible alimento", destaca la ingeniera.

El proyecto fin de carrera, coordinado por el profesor Ricardo Zamora, tuvo su origen en la petición de ayuda del biólogo del Ayuntamiento de Los Barrios, Eduardo Briones. Briones solicitó colaboración a la UCO para poder evaluar mediante un estudio científico el efecto de los cercados. "Me facilitaron enormemente el trabajo con el acceso a los montes y total disposición. Mi conclusión es que los cercados funcionan, pero deben cuidarse y mantenerse para evitar la entrada de animales que buscan las plantas jóvenes por contener más nutrientes", destaca la especialista, quien asegura haber quedado prendada con la riqueza biológica de Los Alcornocales.

El estudio se centró en el análisis de cuatro cercados de Murta que en total suman una superficie de 81 hectáreas y un perímetro de 9.911 metros lineales. Mediante un método de ponderación, la ingeniera se encargó de contabilizar los plantones en crecimiento y compararlos con zonas de monte ajenas a los cercados protectores. Estos cuatro cercados se encuentran en las Faldas del Rubio y el Tajo del Administrador, con una superficie media de 20 hectáreas. Gaspe replanteó dentro de cada uno de los cuatro cercados 15 parcelas para inventariar los ejemplares y analizar su salud.

Los resultados no plantean dudas: los cercados cinegéticos funcionan. "Se demuestra que, fuera de los cercados, el ramoneo -el consumo de brotes por herbívoros- es mucho mayor que dentro de los mismos, la regeneración es muy escasa y se observó un vigor mucho menor de los alcornoques maduros fuera de los cercados respecto a los que se encuentran dentro", destaca. "La muy escasa regeneración natural detectada en el exterior de los cercados, debida probablemente a la alta presencia de herbívoros en la zona, hace prácticamente imposible la renovación del alcornocal sin el efecto protector de los cercados, al menos con las cargas de herbívoros actuales", concluye la científica. En uno de los tres cercados la regeneración fue inferior, precisamente porque la malla presentaba daños. Así, Gaspe recomienda que dentro de los cercados se efectúen labores de mantenimiento que contribuyan aún más a la regeneración y que no se extraiga el corcho de los ejemplares.

"El parque natural de Los Alcornocales es un gran desconocido fuera de la provincia de Cádiz pese a su alto valor ecológico. Las diferentes administraciones sí son conscientes de la necesidad de actuar ya contra el envejecimiento del bosque, pero bajo mi punto de vista realizan acciones no coordinadas. Hay que dejar de buscar las causas de la seca, por ejemplo, y promover una solución. Una solución que también implique a los propietarios de las fincas, no sólo a las entidades públicas", conmina Gaspe.

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