Campo de Gibraltar

'Sierra Luna High School'

  • 120 alumnos del instituto barreño forman parte del programa de enseñanza bilingüe Los profesores deben acreditar un nivel B2

Sólo la mitad de los adultos españoles se maneja con el inglés, frente al 66% de media en los 28 estados de la Unión Europea. Es una realidad constatada por los últimos datos de Eurostat, la oficina de estadística de la UE. Factores culturales, históricos y educativos han hecho que los españoles se encuentren en el furgón de cola europeo a la hora de hablar y escribir con soltura una segunda lengua; aunque no deja de ser un hecho que sólo con el castellano ya tienen la mitad del camino recorrido en cuanto al conocimiento de idiomas globales.

Pero, en un mundo en constante cambio y donde la movilidad geográfica es cada vez un fenómeno más enraizado, los adolescentes tienen en su mano dar la vuelta a esa cifra.

El sistema educativo desempeña un papel básico a la hora de incrementar la competencia personal en idiomas. Desde hace apenas unos años, los institutos de Andalucía implantan progresivamente la formación bilingüe (castellano e inglés) en un nuevo proceso de revolución en los claustros y las aulas similar al que supuso en su día la llegada de los ordenadores portátiles a los escritorios (centros TIC).

El IES Sierra Luna de Los Barrios acaba de iniciar su tercer curso de aplicación formal del programa de enseñanza bilingüe en Educación Secundaria Obligatoria (ESO), que nació de forma experimental en el Ciclo Formativo de Grado Medio en Gestión Administrativa. En total, unos 120 alumnos del instituto reciben parte de sus clases en inglés, de los que 90 se corresponden con tres clases de Secundaria (un grupo por nivel). El programa lleva aparejada la impartición de, al menos, el 30% de los contenidos de las materias no lingüísticas (Música, Ciencias, Matemáticas o Educación Física, entre otras) en inglés. Los profesores deben tener un nivel acreditado de B2 (según el marco común europeo de las lenguas) y cuentan con el apoyo de un auxiliar de conversación.

Así mismo, los grupos tienen una hora más a la semana de Inglés y Francés pasa a estar considerado como materia obligatoria (para el resto de la ESO es una optativa). En primero y segundo, las materias bilingües son cinco mientras que en tercero, por disponibilidad de profesorado, pasan a ser tres.

Todos estos requisitos han supuesto un cambio en el centro del que Cristóbal Alconchel, coordinador del programa desde hace dos cursos, se muestra satisfecho. "Los alumnos nos piden más. Aunque el nivel de enseñanza de inglés, en cuanto a temario, es el mismo, en la clase bilingüe puedo intentar llegar un poco más lejos", reconoce.

En estos momentos, cuatro profesores del Sierra Luna tienen capacitación para formar parte del programa de enseñanza bilingüe. Pero la cifra va en aumento: "Ha supuesto un cambio para nosotros. Muchos profesores están yendo a la escuela de idiomas por las tardes para sacarse el B2. Hemos tenido que mejorar el nivel", detalla Javier Gil, jefe de estudios y que imparte educación física. Ya está acostumbrado a dar órdenes en dos idiomas aunque no cobra más por ello. "La satisfacción es profesional, exclusivamente", apunta.

Así mismo, la llegada del bilingüismo ha supuesto también la incorporación de un asistente de conversación en las clases. Este año, a la familia del Sierra Luna se ha incorporado Tiffany García, venida desde Nueva York (EEUU) y que asiste, 12 horas por semana, a las clases como apoyo. Estudia un Máster en Educación y estima muy importante la experiencia que, además, supone su primera estancia prolongada en Europa. "Gracias a este programa puedo conocer las diferencias en cuanto a la enseñanza fuera de Estados Unidos. Me siento muy cómoda en el instituto", destaca.

Los alumnos, por su parte, se muestran encantados. En la clase bilingüe de tercero de ESO, los pioneros del programa (lo iniciaron en 2010) en torno a la mitad también va a academias privadas por las tardes. Muestran confianza en el manejo y la conversación. Y piden más. Gabriel García, Pedro Berenguer, María Alba y Laura Gil, cuatro de los estudiantes, coinciden en la importancia de educar el oído y en sus progresos desde aquel tímido arranque, hace ahora tres años, cuando apenas acertaban a saludar y a comunicarse con expresiones de la encorsetada gramática y ejercicios de los libros de texto que habían aprendido en el colegio.

Tiffany García también coincide en esta mejora. "Estoy muy sorprendida con el nivel que muestran los alumnos de segundo respecto a los de primero. Los alumnos nuevos (los de primero) se muestran tímidos y muy centrados en la gramática. Con los de segundo ya puedo hablar de forma más natural", explica, lo que evidencia el éxito del programa curso a curso.

Y, para reforzar todos estos conocimientos, 25 alumnos de segundo y dos profesores acudirán a finales de octubre a un programa de inmersión lingüística en Ávila. La actividad cuenta con el apoyo de la administración (Ministerio de Educación, que corre con la organización, y la Junta de Andalucía, que sufraga el desplazamiento). Sólo podrán comunicarse en inglés. Lo que para media España sería todo un reto, para ellos ya es un juego.

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