Algeciras

Dolores Iglesias exalta a la saeta, la niña preciosa del cante más grande

  • Bedriomo, Ortega y Sanabria acompañan con sus rezos a la presidenta de La Levantá · La exaltadora muestra con emoción todos sus recuerdos cofrades de la ciudad que la vio nacer, Jerez de la Frontera

Saetas, versos y recuerdos llenaron de emoción la decimocuarta edición de la Exaltación de la Saeta. María Dolores Iglesias, presidenta de La Levantá, ejerció de exaltadora para engranar con maestría, en un abarrotado claustro de la Fundación José Luis Cano, la Semana Santa jerezana y algecireña y su denominador común, la saeta.

El acto que se ha convertido en el mejor acicate para promocionar el mundo cofrade y la Semana Santa, como aseveró el secretario Julio Martín Castro, contó con la Banda Municipal Ciudad de La Línea que interpretó magistralmente La Saeta y Estrella Sublime bajo la batuta de Ismael de la Flor.

El contertulio fundador de La Asociación Cultural Miguel Ángel Delgado presentó con mucho cariño a su amiga. "Lola es jerezana por los cuatro costados", anunció para a colación subrayar que se casó con Francisco Ruiz Moreno, "gran persona, humilde y colaborador desde el anonimato con quien estuvo casada 33 años".

Para Delgado Rubio, por encima de todos los cargos que ha ocupado la presidenta, están sus valores y virtudes y agradeció con emoción que le eligiera presentador. "Quiero arroparte y animarte. Tu Virgen de la Piedad te apoya. Cuando el corazón habla llega como una flecha a quien lo escucha", dijo para dejar paso a la exaltadora ataviada de mantilla que subió al atril acompañada de los saeteros Pepi Bedriomo, Manuel Ortega y Lola Sanabria.

La presidenta de La Levantá denominó a la saeta "niña preciosa del cante más grande" y no quiso desligarse de los saeteros, piezas fundamentales de su exaltación. "Es un día lleno de emoción y de ausencias que me acompañan", dijo en recuerdo de su padre, madre y marido "que están en la casa de Dios". Dolores Iglesias engarzó todos sus conocimientos saeteros con versos de Machado, Darío, Lorca y Quevedo y con el virtuosismo de los mejores cantaores flamencos, sin ocultar que "es imposible resumir la saeta en una exaltación". El último domingo del invierno las lágrimas de la exaltadora protagonizaron el recuerdo de su Prendimiento recorriendo el barrio de Santiago en Jerez. Iglesias volvió a emocionarse con La Piedad del Calvario al recordar en su casa a su abuela dando al saetero un licor para que templara la voz y si se terciaba, hasta arroz con leche. Reconoció con la voz quebrada que se quedaba absorta mirando a la Virgen.

Bedriomo y Sanabria interpretaron a su vera cantes que estremecieron al público. Mucho mérito el de los saeteros al "lanzar flechas" desde una réplica de balcón cuando Cristo y la Virgen no pasan por delante, que a buen seguro ayudan a sentir el desgarro. Ambas y Ortega recibieron aplausos y olés aunque resultaron más agradecidos los de Sanabria. La exaltadora finalizó su viaje por Jerez y Algeciras a través de la saeta no sin poner en pie a todo el público.

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