Demelza Becerra Robledillo, de chiquilla, era un torbellino. Comenta que su padre descubrió lo que le sucedía, en cambio, cuando le ponía un puzle delante. "Me quedaba quietecita", rememora. Su madre siempre le ha contado que desde que tenía tres o cuatro años le compraba rompecabezas. Demelza no tiene recuerdos sin la presencia de puzles.

Salto al presente. Madrid, sexto campeonato de España de puzles. La algecireña se acaba de proclamar campeona nacional por parejas, junto al soriano Ángel Heras, y se alza con el cuarto puesto en la prueba individual. Becerra es integrante de la selección española de puzles. El año pasado tomó parte en el Europeo y se hizo con el bronce y en diciembre participará en el Mundial, que se celebra en Valladolid.

¿Qué ha acontecido entre aquella chiquilla que se tranquilizaba encajando piezas y esta mujer que gana títulos montándolas como un rayo? Tan simple como que Demelza comprobó que hacer un puzle le apasiona, le entretiene y le relaja. Para ella es un placer; y tiene unas capacidades, unas aptitudes naturales, que la convierten en la fuera de serie que es.

"Soy diestra, pero haciendo un puzle muevo las dos manos igual, encajo las piezas con ambas. Además veo la imagen y la pieza y recuerdo perfectamente dónde va, muchas veces viendo la imagen solo una vez. Para estudiar me vino genial. En mis apuntes de la carrera lo tenía todo en colores, escribía en colores. Llegaba al examen, cerraba los ojos y era capaz de leer cada frase con el color que tenía. Con los puzles me pasa lo mismo. Los hago por colores", explica Demelza, que es enfermera y está estudiando un doctorado.

El trabajo, los estudios, la casa, la familia y los puzles. Todo lo lleva para adelante la algecireña. Cada vez que puede se planta en el suelo (así es como está acostumbrada) y empieza a encajar y a reconstruir. "Antes de los campeonatos me digo 'voy a entrenar', pero no, lo hago porque me gusta hacerlo y ya está. En momentos en los que estoy nerviosa me quedo con mi puzle y hasta que no lo termino no me levanto. Me relaja muchísimo", relata.

Incluso se lleva los puzles de vacaciones y a la playa, a hacerlos mientras todos se echan la siesta veraniega y sobre la arena. Es imposible saber cuántos rompecabezas ha hecho en su vida. En casa conserva 90 hechos y unos 200 en cajas. Imposible también mantenerlos todos y además montados, ya con las paredes del garaje sin un hueco y con las estanterías a rebosar. Hace puzles y los regala; se los trae alguien, los completa y los devuelve; termina uno de 10.000 piezas, lo contempla cinco minutos y lo deshace. Como máximo aborda los de 10.000 unidades, que ya tienen un tamaño considerable. Tiene predilección por los fondos marinos. Se acaba de traer de Madrid, del campeonato, 30.029 piezas. En menos de dos días ha ensamblado un millar.

Fue hace poco cuando Becerra, un buen día, en enero de 2013, decidió buscar por internet a gente como ella. Descubrió que esa misma semana se celebraba un campeonato en Villarrobledo (Albacete) y allá que se fue el fin de semana. Participó en el torneo por parejas con una de sus mellizas, que tenía solo 8 años, también apasionada de los puzles como la madre. Quedaron segundas. Todos se preguntaron de dónde habían salido. Eso llevó a los campeonatos nacionales. En el primero que participó quedó quinta. ¿Quién eres?, le preguntó todo el mundo.

Pues es Demelza Becerra Robledillo, una algecireña que es la reina de los puzles.