La Guardia Civil comunicó ayer que ha imputado a una persona por intrusismo laboral y falsedad documental y a otra por estafa. Una ejercía de veterinaria sin poseer la titulación correspondiente, administrando vacunas y tratamientos e implantando microchips, y la otra, que sí era veterinaria, era la encargada de introducir los datos de los tratamientos en el Registro Registro Andaluz de Identificación Animal (RAIA).

La operación Mascotas se inició en abril de 2013, cuando los agentes detectaron irregularidades en el funcionamiento de un clínica veterinaria de la ciudad. La Guardia Civil contó que durante la investigación pudo comprobar que la veterinaria sin titulación trabajaba por las mañanas, rellenando además las cartillas sanitarias y utilizando el sello y suplantando la firma de la veterinaria que tenía contratada por las tardes, la imputada por estafa.