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Dentro del crucero de los horrores

  • Un grupo de estudiantes del Campo de Gibraltar relata la pesadilla que vivió en el viaje del barco de Pullmantur que se ha hecho famoso por sus terribles condiciones

En el 'Crucero de los horrores'

Se ha hecho famoso para desgracia de los pasajeros. El bautizado como crucero de los horrores no deja de dar que hablar y aparece rápidamente con solo teclear el contundente apelativo en cualquier buscador de internet. Se trata de un barco de la compañía Pullmantur llamado Horizon que prometía un viaje de ensueño por el Mediterráneo hasta Italia y, allá, visitar Cerdeña, Roma, Florencia y Pisa. La travesía, entre los pasados días 9 y 16 de este mes, resultó una pesadilla.

El crucero de los horrores llega a estas líneas porque a bordo iba un grupo de 25 estudiantes del Campo de Gibraltar. Ayer algunos de ellos se mostraban aún poco menos que aturdidos tras haber vivido, según cuentan, un espanto.

Los jóvenes relatan que todo comenzó desde el primer momento. Indican que los baños de todo el barco, tanto los de los camarotes como los de las zonas comunes, estaban atascados y que aquello cualquiera se puede imaginar que era una auténtica porquería, con orines y heces rebosando por los váteres y hasta por las duchas.

Durante los dos primeros días la situación fue insoportable y el resto de jornadas continuaron los problemas con el saneamiento, aunque ocasionalmente. Eso hizo que hubiera que peregrinar por el enorme barco en busca del aseo más decente y entre compañeros molestarse si el del camarote propio era el menos asqueroso.

El otro gran inconveniente que denuncian los pasajeros fue el ruido procedente de los motores del barco. Los ocupantes destacan que muchos pensaron la primera madrugada de sobresaltos que el buque se iba a pique o que, como poco, era presa de una terrible tormenta.

Conciliar el sueño fue imposible para muchos y no pocos optaron por irse con mantas a los sillones de recepción.

Los estudiantes de la comarca, de Magisterio, añaden que las incidencias no quedaron ahí, sino que fueron múltiples: la luz se iba, no se podían enchufar más de dos aparatos a la vez para que no se cortara el suministro, visitas intempestivas a altas horas de gente de mantenimiento para arreglar los dichosos váteres...

A tanto llegó la desesperación que los pasajeros se amotinaron en el teatro del barco una noche, un vídeo que se ha hecho viral en internet.

Los jóvenes, de viaje de fin de curso, pagaron 741 euros por cada pasaje y, si se suma el coste de las excursiones, la angustia les salió por 900 euros. Encima tres de ellos fueron expulsados del barco tras, según explican, una confusión por unas llamadas entre camarotes y tuvieron que volverse desde Florencia en avión vía Barcelona. 450 euros más cada uno.

Los estudiantes tienen pensado denunciar y reclamar ante la agencia de viajes, la compañía y la oficina de consumo.

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