LA PIEZA DEL MES DEL MUSEO DE ALGECIRAS

Cuenco de Fajalauza: una manifestación artística de la cultura

Cuenco de Fajalauza.

Cuenco de Fajalauza.

Para iniciar el año 2024 y acercando a nuestro tiempo el uso de los antiguos ajuares de cocina utilizados por nuestros antepasados, el Museo Municipal de Algeciras trae a esta sección una destacada pieza de la Colección Municipal de Loza y Azulejos llegada a la ciudad en el año 1994 gracias al legado de Luis Carlos Gutiérrez Alonso, colección que contiene más de seiscientas piezas representativas de los principales centros productores de nuestro país y que fue motivo de la exposición temporal Loza Española, siglos XV–XX, primera muestra con la que el Museo abría sus puertas al público. La decoración de esas vasijas, que en origen fueron cacharros de barro cocido o bizcochado, convirtió a la alfarería en una manifestación artística vinculada con la cultura y las tradiciones de las zonas de elaboración.

Se trata de un cuenco del siglo XIX que se muestra en la planta baja de nuestro museo, en la sala dedicada a la cerámica española, con número de inventario 23, procedente del alfar granadino de Fajalauza.

Los cuencos son recipientes fabricados con distintos materiales, en este caso, con barro, de forma redonda y profunda. Tuvieron en el pasado distintas funciones relacionadas siempre con la preparación y el servicio de los alimentos, usos similares a los que en la actualidad denominamos bol.

Los orígenes de estas producciones granadinas se remontan a la época medieval islámica en la que los centros productores o alfares de Granada se ubicaban en el arrabal trasladándose posteriormente al Albaicín, estableciéndose junto a la Puerta de Fajalauza o Campos de Las Almendras, perviviendo la producción hasta la actualidad conservando las formas y los motivos decorativos originales.

Estas piezas, de intensa tradición andalusí se caracterizan por presentar como fondo un vedrío estannífero ligeramente rosado con decoración en azul, quedando recogida en muchas creaciones el conocido miedo al vacío, el horror vacui, disposición tendente a ocupar con distintos elementos decorativos la mayor parte de la superficie de las piezas, ejemplo de una clara influencia nazarí. Con el paso del tiempo al característico color azul le fueron acompañando los colores verde, manganeso o morado.

La decoración de las piezas de Fajalauza, se centra principalmente en una gran variedad de formas vegetales entre las que encontramos la conocida granada, piñas con grandes hojas, flores con pétalos abundantes, el motivo geométrico destacando las curvas entrelazadas, la figura animal protagonizada por las aves y los motivos heráldicos, elementos que se representan en una gran variedad de formas.

El cuenco que le presentamos es de pie circular, de base plana y reducida, fondo carenado o similar a la quilla de una embarcación y paredes cóncavas y finas que recogen como decoración un búho posado en un ramo de flores en azul cobalto sobre el singular vedrío de los alfares de Granada. La pieza, con diámetro de 42 cm y de altura 14 cm, está rematada en el borde con adornos de ondas dobles con borlas.

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