Jimena es uno de los municipios con más encanto del Campo de Gibraltar. Recorrer sus calles blancas y llenas de adoquines nos hace viajar en el tiempo, al igual que visitar uno de sus principales atractivos, el Castillo, símbolo de la localidad.

No obstante, si visitas este pueblo y te gusta conocer lugares históricos, debes acercarte hasta tres localizaciones: la Iglesia de la Misericordia, la Iglesia de San Francisco y la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria.

Iglesia de la Misericordia

El centro del "barrio de extramuros" estaba marcado por la Iglesia de la Misericordia. El templo, construido en el siglo XV, se conocía entonces como la Iglesia de Santa María, pues no fue hasta el siglo XVIII cuando se hizo el cambio de sede principal a Santa María la Coronada, en la plaza principal de Jimena.

El edificio religioso siguió funcionando como lugar en el que rendir culto hasta los años 20 del siglo XX, momento en el que según explican, el mal estado de la cubierta obligó a suspender estos servicios, quedando abierto a la intemperie durante más de 50 años, desde 1934 hasta 1997.

En la actualidad, tras una obra de restauración, la infraestructura tiene una funcionalidad alejada de la religión, puesto que se ha convertido en un salón de usos múltiples para el Ayuntamiento de la localidad.

Iglesia de la Misericordia.

Iglesia de San Francisco

En pleno centro urbano del municipio encontramos una iglesia relativamente joven, la Iglesia de San Francisco. Este templo, datado a mitad del siglo XX, está compuesto de una nave central con pequeños ventanales distribuidos por su fachada.

No hay muchos datos sobre su construcción, aunque fue levantada tras la demolición de la Iglesia de Santa María la Coronada, de la que aún se conserva su torre-campanario.

Iglesia de San Francisco.

Iglesia de Ntra. Sra. de la Victoria

No hay fecha concreta de la fundación de la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, aunque la bibliografía la sitúa en el siglo XVII y otros documentos avalan que fue mucho antes, en el siglo XVI.

La iglesia, que también contaba con un convento, estaba situada a las afueras de la ciudad con la intención de aprovechar las vías de comunicación con otros municipios. De esta forma, la zona fue urbanizándose con la construcción de distintos comercios a su alrededor. 

En un primer momento, el edificio contaba con una sola nave sin campanario, un claustro adosado al muro de la epístola y una huerta. También disponía de una cocina, lavadero, despensas, cuadras y estancias para garantizar el pleno funcionamiento de la clausura.

Actualmente consta de dos naves muy reformadas, un campanario, una portada muy simple y un patio. Adopta el nombre en honor a la patrona de Málaga.

Claustro y torre de la iglesia de La Victoria, en Jimena de la Frontera.