Los animales son un gran atractivo para los pequeños de la casa. Pasar un día rodeado de especies de todo el mundo y, además, aprendiendo sobre ello, es muy fácil en el Campo de Gibraltar. En Jimena y Castellar se encuentran dos espacios de convivencia animal que destacan por ser lugares en los que puedes estar en contacto con ellos acercándote para cogerlos e incluso para alimentarlos.

Aunque desde fuera puedan verse como un zoo habitual, ninguno de los dos lugares lo es. El de Castellar, a pesar de ser conocido como "el Zoo de Castellar", es un Centro de Rescate que pretende darle una segunda oportunidad a los animales que han sido adquiridos en el mercado negro. Mientras tanto, el de Jimena, La Pequeña África, es una reserva en la que conviven los animales en semi-libertad.

Ambos espacios cuentan en sus instalaciones con todo lo necesario para que los animales que llegan a ellas estén en las mejores condiciones. Allí los alimentan e incluso pueden atenderlos si tienen algún problema de salud, ofreciéndoles así todos los cuidados pertinentes. 

El objetivo de los centros es mejorar la calidad de vida de las distintas especies y concienciar al público que les visita sobre su situación.

Reserva Animal Pequeña África

Hay que remontarse hasta 1930 para conocer el origen de la Reserva Animal Pequeña África, por entonces, el "Cortijo El Alemán". A lo largo del tiempo fue evolucionando y se convirtió en la Granja Escuela las Aves, la que fue ganando popularidad y siguió creciendo hasta convertirse en la reserva actual.

En el espacio puedes disfrutar de una amplia oferta de actividades que se realizan en plena naturaleza, no solo de la visita a los animales que se encuentran en semi-libertad cuidados por un equipo que se encarga diariamente de la alimentación, la atención y el cuidado de cada especie.

Zoo de Castellar

El centro de rescate animal se inauguró de forma oficial en 2002, aunque ya trabajaban en esta iniciativa desde 1998. La fundación se creó con la idea de ayudar a los animales que recuperaban las autoridades del mercado negro y que quedaban desamparados, pues nadie podía hacerse cargo de ellos y darle una vida.

Las especies disfrutan de una segunda oportunidad en unas instalaciones formadas por diferentes parcelas y una clínica veterinaria, además, cuentan con un equipo de profesionales que se encargan del continuo cuidado de los distintos animales.