Cultura

Javier Ruibal, sangre caliente

  • El cantautor portuense explora su cancionero de siempre en San Roque, donde también, ante unas 300 personas, presenta algunas de sus canciones inéditas

Hizo mucho frío anoche en el teatro Juan Luis Galiardo de San Roque y hasta Javier Ruibal no paró de montar chistes con la temperatura. Pero el cantautor portuense no se arredró ante el microclima y arrimó el ascua a su vitrina en el concierto que ofreció ante unas 300 personas.

Ruibal cantó de negro, aunque sin el humor enlutado, y, como suele hacer, contagió al público con el paso de los temas. El protagonista abrió la primera media hora de función a solas con su atril y su guitarra y luego se le incorporaron los jóvenes José Recacha y Javi Ruibal, guitarra y percusión.

Con todo el equipo la música de Ruibal fue tomando la tonalidad mestiza que la caracteriza, cuando al principio fue un trovador rimando para niñas bonitas como las que salen en sus coplas.

Ruibal presentó su cancionero idolatrado, después de que hayan pasado tres años ya desde que sacara a la calle su último trabajo publicado, Lo que me dice tu boca, si bien es verdad que tiene un proyecto en el horno. También, cómo no, hubo lugar para sorpresas en forma de canciones inéditas, que son las que no dan dinero aún, bromeó el cantautor, para después ponerse serio y reprochar a los que se bajan música de Internet su falta de vergüenza.

El cantautor demostró las tablas para repartir que ha conseguido en una dilatada carrera, con tres décadas de carretera y que discográficamente arrancó en el ya lejano 1983 con aquel Duna, una joya descatalogada en la que empezó a enseñar su poesía y su sentimiento. Luego vinieron esos otros trabajos en los que ratificó que no sólo se trataba de un excelente letrista y que pusieron de manifiesto su nivel musical. Tiene cuerda para rato.

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