En el vibrante corazón de Sevilla, donde las estrechas callejuelas son custodias de historias antiguas, se erige majestuosamente el edificio de la Calle Gravina 31.

Esta emblemática residencia, que alguna vez albergó al distinguido José Gestoso, está siendo objeto de una meticulosa restauración que honra su singularidad y preserva el rico patrimonio cultural de la ciudad. Y será pionera de una nueva categoría de hospitalidad turística, “apartamentos turísticos históricos”, como ya existe en hoteles monumento.

José Gestoso, ilustre arqueólogo, historiador del arte y escritor, vivió en este mismo lugar y dedicó su vida a proteger las obras de arte de Sevilla. Como miembro de renombradas academias y galardonado con la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso XII en 1912, sus escritos y estudios reflejan una pasión ardiente por el arte y la historia, una pasión que también impregnaba su hogar.

Amigo de notables artistas y retratado por el célebre Joaquín Sorolla, Gestoso dejó una huella indeleble en la historia cultural de Sevilla. Su lema, "Parva parvum semper decent" (lo pequeño siempre lleva a lo pequeño), aún resuena en los azulejos de su casa, evocando su filosofía de vida.

El inmueble es un símbolo de la arquitectura sevillana

Hoy, mientras José Gestoso descansa en el Panteón de Sevillanos Ilustres, su legado sigue vibrante con la restauración del edificio en Calle Gravina 31, donde su espíritu sigue presente, recordándonos la importancia de proteger y celebrar nuestro entorno.

El inmueble, un símbolo de la era dorada de la arquitectura sevillana, con su fachada decorada con elegantes balcones de hierro forjado, representa la riqueza cultural y artística de la ciudad. La restauración del edificio es una cuidadosa celebración de su esencia, con cada elemento arquitectónico tratado con respeto, empleando técnicas y materiales tradicionales para garantizar un resultado auténtico.

El proyecto no solo se ha enfocado en la estética, sino también en la sostenibilidad y funcionalidad modernas, con mejoras en la eficiencia energética y accesibilidad. Esto asegura que el edificio pueda ser disfrutado por futuras generaciones, manteniendo su utilidad y belleza.

La rehabilitación de la Calle Gravina 31 es un ejemplo alentador de cómo el progreso puede coexistir con la conservación histórica. Este proyecto no es solo una restauración, sino un homenaje a la historia viviente de Sevilla y un llamado a valorar y proteger nuestro legado cultural.

El edificio, ahora restaurado a su antigua gloria, sigue siendo un testimonio de belleza y elegancia en Sevilla. Que la historia de José Gestoso y su casa inspire a futuras generaciones a honrar y preservar nuestro pasado mientras construimos un futuro más prometedor.