Semana Santa

Viñeros brilla entre el silencio malagueño y el incienso el Jueves Santo

Viñeros en su procesión del Jueves Santo de Málaga, en fotos

Viñeros en su procesión del Jueves Santo de Málaga, en fotos / Paula Tejada

El olor a incienso ya inundaba la plaza de los Viñeros alrededor de las 17:30 h. El público presente en la zona no hacía más que mirar al cielo e implorar que la decisión final de la cofradía fuera salir a la calle. Y así fue. Salió el sol y las puertas se abrieron cerca de su hora de salida para dejar ver a Nuestro Padre Jesús de los Viñeros y a Nuestra Señora del Traspaso y Soledad de Viñeros. Todo estaba preparado para salir este Jueves Santo, salvo una cosa. La llave del Sagrario que un nazareno se encargó de colocar.

Minutos más tarde, mientras la cruz guía avanzaba por la calle Carretería y los nazarenos romé iban tras ella, Nuestro Padre Jesús de los Viñeros salía a la plaza que lleva su nombre y comenzaba a maniobrar para entrar en calle Biedmas. El silencio reinaba en la zona al observar como el Cristo maniobraba siguiendo la música de la Agrupación Musical San Lorenzo Mártir, al mismo tiempo que el olor a incienso anunciaba que el Señor se incorporaba a la procesión. Y así, tras sus nazarenos romé, Jesús de los Viñeros se incorporó a la calle Carretería llevado por sus 148 hombres y mujeres de trono a los sones de La Saeta de Serrat.

Minutos más tarde, tras él, Nuestra Señora del Traspaso y Soledad de Viñeros, que realizando la misma maniobra que su hijo, comenzó a avanzar por calle Biedmas con la Banda de Música Santa Cecilia de Sorbas (Almería) como banda sonora. Así, volvía a hacerse el silencio que se prolongó hasta el público de Carretería que al escuchar el Ave María de Caccini enmudeció observando a una de las pocas vírgenes que sin palio de Málaga capital.

Con esta música, Nuestra Señora del Traspaso y Soledad de Viñeros dejó atrás la plaza de Viñeros y encaró la calle Carretería. Siguiendo de esta forma el camino que cogió Nuestro Padre Jesús de Viñeros iluminado por todos sus nazarenos negros que se dirigieron a la Tribuna de los Pobres, donde en la tarde de este Jueves Santo no cabía nadie más. 

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