Semana Santa

El Cristo de Ortega Bru ensalza la mañana

  • La primera hermandad del Jueves Santo llena el casco histórico sanroqueño

El magnífico Cristo de la Buena Muerte de Ortega Bru, a su paso por la calle San Felipe.

El magnífico Cristo de la Buena Muerte de Ortega Bru, a su paso por la calle San Felipe. / E. S.

La mañana del Jueves Santo se engrandece con la hermandad de Ortega Bru. El insigne imaginero sanroqueño dejó en la ciudad la impresionante talla del Cristo de la Buena Muerte, al que los sanroqueños veneran desde hace más de medio siglo.

Antes de las 11:00, la plaza de la Iglesia ya acogió a un gran número de personas para disfrutar de la primera salida procesional de este gran día de fiesta.

El Cristo de la Buena Muerte acompañado por la Virgen de la Amargura, como siempre quiso Ortega Bru, realizó ayer su estación de penitencia con un tiempo ideal, una pequeña brisa que después se convirtió en calor antes de finalizar el recorrido, pasadas las 15:00.

La hermandad cuenta cada año con un mayor cortejo. Precisamente este año, los penitentes estrenaron nuevas túnicas.

La imagen del Cristo, que procesionó por primera vez en la Semana Santa de 1956, tiene cada año uno de sus momentos más difíciles a la salida del templo, si bien su veterana cuadrilla lo salva cada año sin problema. La Marcha Real, interpretada un año más por la agrupación musical La Pollinica de Marbella, anunció que ya estaba en el atrio. A continuación lo hizo, la Virgen Amargura, una bella Dolorosa que lució una nueva mantilla donada por un ciudadano anónimo. Con toda la cancelaría encendida, el palio hizo su salida con la Marcha Real interpretada por la Banda Sinfónica Amando Herrero de Algeciras. Las imágenes realizaron su Estación de Penitencia por el casco histórico. Así, recorrieron Rubín de Celis, San Nicolás, Artillero, Navarra, Los Reyes, General Lacy (Málaga), San Felipe, Plaza de la Iglesia y a su templo, donde llegaron cuatro horas después.

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