En un contexto cargado de historia y simbolismo, Felipe VI, actual monarca de España, ostenta un título que va más allá de las fronteras ibéricas: es también Rey de Jerusalén. Este título, aunque en gran medida honorífico en la actualidad, tiene profundas raíces históricas que remontan a la Edad Media y conectan la monarquía española con la ciudad sagrada de Jerusalén.

El vínculo entre la monarquía española y el Reino de Jerusalén se estableció siglos atrás durante la época de las Cruzadas. El título de Rey de Jerusalén, reino fundado por Godofredo de Bouillon en 1099 durante la Primera Cruzada y que perduró hasta 1291, con la caída de San Juan de Acre, ha llegado hasta Felipe VI, Rey de España. A España queda vinculado el título, cuando Fernando el Católico, casado con Isabel la Católica, conquista el reino de Sicilia y se convierte en Rey de Jerusalén; al estar este título unido al de Rey de Sicilia desde el siglo XIII, se convierte en rey de Jerusalén por ende.

La Herencia Histórica: Felipe VI, Rey de España, y Rey de Jerusalén

Un título simbólico y con historia

A lo largo de los siglos, este título ha sido heredado por los monarcas españoles, pasando de la Casa de Aragón a la Casa de Trastámara y, finalmente, a la Casa de Borbón, a la que pertenece Felipe VI. La línea de sucesión del Rey de Jerusalén es sencilla ya que sigue la sucesión legítima de los Reyes de España: Juana I, Carlos I, Felipe II, Felipe III, Felipe IV, Carlos II, Felipe V, Luis I, Fernando VI, Carlos III, Carlos IV, Fernando VII, Isabel II, Alfonso XII, Alfonso XIII, Juan de Borbón, Juan Carlos I y Felipe VI. El artículo 56.2 de la Constitución establece que el título del Rey «es el de Rey de España y podrá utilizar los demás que correspondan a la Corona». Uno de ellos es el de Rey de Jerusalén.

Escudo de los reyes católicos dedicado a su hija y nieto, con el escudo de Jerusalén el en reverso

Aunque el Rey de España ostenta el título de Rey de Jerusalén, es importante destacar que no implica ninguna autoridad política o territorial sobre la ciudad actualmente.

La continuidad de este título refleja la rica historia de España y su participación en eventos cruciales que marcaron la Edad Media. A pesar de los cambios políticos y territoriales a lo largo de los siglos, la monarquía española ha mantenido esta conexión simbólica con Jerusalén, recordando los lazos históricos que unen a la corona con la ciudad que ha sido cuna de diversas civilizaciones y epicentro de importantes acontecimientos religiosos.

Fernando II el Católico

Hoy en día, la denominación Rey de Jerusalén es más un símbolo de la rica herencia histórica de España que un título con implicaciones políticas activas. Aunque el papel del rey  en la actualidad es principalmente institucional y representativo, este título añade un matiz especial a la figura del rey, recordando la larga historia de la nación y su conexión con eventos que trascienden las fronteras geográficas. 

La dualidad de Felipe VI como Rey de España y Rey de Jerusalén sirve como un recordatorio de la profunda interconexión entre la monarquía española y su legado histórico.

En 2016, apenas un año y medio después de haber sido proclamado Rey, invitado por Simon Peres a Israel, fue sentado  a la derecha del presidente del Estado de Israel. Por delante de todos los jefes de Estado presentes, incluso del presidente de Estados Unidos, todos con más tiempo en el poder que él. en dicha magistratura. Preguntó que cómo lo sentaban ahí. Y el presidente de Israel le contestó: "Porque Su Majestad es el Rey de Jerusalén".

Todos los títulos del Rey Felipe VI

Es Rey de Castilla, de León, de Aragón, de Navarra, de Granada, de Jerusalén, de Toledo, de las Dos Sicilias, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Menorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, de Los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las islas Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales, de las Islas y Tierra Firme del Mar Océano.

También Archiduque de Austria, duque de Borgoña, de Brabante, de Milán, de Atenas y de Neopatria.Conde de Habsburgo, de Flandes, del Tirol, del Rosellón y de Barcelona.

Señor de Vizcaya y de Molina.

Además tiene todos estos otros títulos ya obsoletos: 

Rey de Hungría, Dalmacia y Croacia, Rey de Jerusalén, Duque de Limburgo, Lotaringia, Luxemburgo, Güeldres, Estiria, Carniola, Carintia y Wurtemberg, Landgrave de Alsacia, Príncipe de Suabia, Conde palatino de Borgoña, Conde de Artois, Hainaut, Namur, Gorizia, Ferrete y Kyburgo, Marqués de Oristán y conde de Gocéano, Margrave del Sacro Imperio Romano y Burgau, Señor de Salins, Malinas, la Marca Eslovena, Pordenone y Trípoli.