Antonio Carmona abandonó ayer el madrileño hospital San Francisco de Asís tras ser operado de urgencia de una "importante" infección en la zona cervical y el suelo de la boca que puso en peligro su vida.
Acompañado por su mujer, Mariola Orellana, ocultando su mirada con unas gafas de sol y con una media sonrisa, el cantante se marchó a casa después de dos semanas de "pesadilla", como calificó su mujer estos últimos días. "Se encuentra estupendamente y como loco por volver a casa; tendrá que seguir con el tratamiento, porque aún tiene la zona un poco inflamada, y reposar la voz", explicó Mariola a los medios apostados a las puertas del centro.
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