La Compañía Antonio Ruz presenta este viernes en el Teatro Góngora La Noche de San Juan, un ballet inédito de la época de las vanguardias cuyo estreno se vio frustrado en 1939 por el estallido de la Guerra Civil. Subtitulada Soirées de Barcelone, se trata de una obra con música de Roberto Gerhard, escenografía de Joan Junyer y argumento de Ventura Gassol.

La pieza se crea al calor del furor dancístico del siglo XX, con el trasfondo de la imagen europea de una España exótica y del arrasador éxito que Falla había conquistado en este ámbito. El exilio de los creadores que participaron en su gestación provocó el olvido de lo que se considera una extraordinaria composición, de la que el propio Gerhard preparó una versión pianística que es la que se emplea en la coproducción de la Fundación Juan March y el Gran Teatro del Liceu que podrá verse en Córdoba.

La recuperación de este ballet más de 80 años después de su creación bebe de todo ese rico legado del pasado, pero lo trasciende con un nuevo enfoque del siglo XXI. En palabras de su director y coreógrafo, Antonio Ruz (Córdoba, 1976), “nunca he querido hacer un trabajo de arqueología, sino inspirarme en todo ese material coreo-musical y artístico para crear una obra de hoy; buscar un equilibrio coherente con las fuentes, pero con perfume y estética contemporánea”.

Uno de los bocetos originales de la escenografía de Junyer ha sido rescatado, sus figurines evocan el diseño del vestuario y una nueva coreografía de Antonio Ruz reemplaza la original de Léonide Massine, de la que no se conserva ningún apunte. Su recreación está influida por una estética de las vanguardias muy específica que se aprecia en los materiales que se han conservado y que, por otra parte, fue una época muy fructífera en la interacción de artistas y disciplinas, un diálogo que dio lugar a un repertorio que sigue sorprendiendo hoy y que Ruz reconoce como una seña de identidad en su trayectoria como creador.

Inspirada en la noche mítica de la festividad de San Juan y en las celebraciones del fuego del Pirineo catalán, una música moderna de aire popular y ritmos frenéticos describe danzas que hablan de la fiesta del amor y del poder evocador de las llamas, del fuego, en el que el cordobés ha basado su investigación para generar parte del material que en el escenario interpretan siete bailarines.

La acción, con el amor como tema principal de la historia, transcurre durante la vigilia, noche y mañana de San Juan y se sitúa en una pequeña población pirenaica. Ruz -Premio Nacional de Danza en la modalidad de Creación y una figura reconocida a nivel internacional- ha construido, explica, “una pieza de danza actual bañada de teatralidad y dinamismo y acompañada de una puesta en escena efectiva y sin artificios”.

Para ello se ha valido de la música de Gerhard, repleta de citas de canciones populares que se oyen todavía en los ámbitos rurales de Cataluña, y en los decorados y figurines de Joan Junyer conservados del primer proyecto inédito e inspirados en las fiestas y paisajes del Pirineo y en el arte románico de la región.