España

"Usted y yo veremos el nivel 0 de mortalidad en la carretera"

  • El artífice de las novedosas medidas en seguridad vial anuncia un plan para corregir el escaso uso del casco en el litoral andaluz, "algo que en Europa nadie entiende"

Llegó a la Dirección General de Tráfico (DGT) en mayo de 2004 siendo un completo desconocido. Hoy, cinco años después, Pere Navarro (Barcelona, 1952) es uno de los personajes más conocidos del organigrama del Gobierno debido sobre todo a las novedosas medidas aplicadas en España. El carné por puntos y la reforma del Código Penal para endurecer las penas contra los infractores de las normas de circulación han conseguido ir rebajando las escandalosas cifras de muertos en las carreteras.

-En estos días el Ministerio del Interior ha vendido el éxito del descenso de la siniestralidad en las carreteras españolas, al bajar la mortandad a 2.181 personas el año pasado. Uno piensa en las familias y amigos de los fallecidos y la palabra "éxito" quizás no sea la más adecuada...

-Totalmente de acuerdo. Indiscutiblemente, en el eje de actuación de la DGT siempre están las víctimas. Trabajamos para reducir el número de muertos como sea. Y cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad no puede hablar de éxito mientras haya muertos. Entre otras cosas porque, como dicen las víctimas, el número de muertos jamás baja sino que los nuevos se suman a los que ya hay.

-¿Cuál es el mínimo de muertos en las carreteras españolas que aspira a conseguir la DGT?

-Eso lo marcan los estándares de aquellos países europeos que llevan 30 años trabajando en seguridad vial. Pero yo quiero lanzar un mensaje de optimismo. Cuando los suecos hablan de visión cero están hablando de un horizonte largo en el que la carretera esté dotada de una tecnología que se habla con la que ya tiene el vehículo, de manera que, aunque se produzca el fallo humano, puede haber un accidente pero que no se cuente por muertos. La propia tecnología amortiguaría ese error para evitar muertes. Esto es un horizonte tecnológico no imposible pero a medio o largo plazo.

-¿Usted y yo veremos esa 'visión cero' de siniestralidad en las carreteras españolas?

-Sí, yo creo sí. Bueno, usted seguro que sí porque es más joven. Pero yo... Vamos a ver. Si nos ponemos en el horizonte de 2025 ó 2030...

-¿Qué haría la DGT en el caso de que un año de estos haya un repunte de la mortalidad en carreteras?

-En todos los países europeos, después de tres o cuatro años se produce un repunte que, aunque menor, no deja de ser un repunte. En España ya llevamos cinco años bajando las estadísticas y el quinto (2008) ha sido el de mayor bajada. Por tanto no es descartable que haya un repunte. Sería lo normal, aunque trabajamos para que no se produzca.

-Los visitantes se quedan sorprendidos en Andalucía por el escaso uso del casco por parte de los motoristas. ¿Ve usted alguna forma de atajarlo?

-Lo del escaso uso del casco en el litoral andaluz, sobre todo en el ámbito urbano, es algo que en Europa nadie entiende. Y yo creo que es un tema de falta de decisión política de los alcaldes, que tienen las herramientas adecuadas para ello. Porque si ellos le dicen a la Policía Local que no puede dejar circular ni un ciclomotor sin casco, el tema estaría acabado. Lo que no pueden hacer los agentes de la autoridad es ver a un motorista sin casco y no actuar, o ponerle una multa y dejarle que siga circulando, en vez de inmovilizarlo. Hoy todos sabemos que el casco es el elemento básico de la seguridad vial en la moto. vial. Vamos a trabajar en solucionarlo mediante un plan específico.

-Uno piensa que la crisis económica actual no es tan mala para la DGT porque hay menos coches y menos desplazamientos y eso, supuestamente, debe ayudar a reducir el riesgo de accidentes. ¿Es así?

-Es cierto que los desplazamientos de largo recorrido bajaron casi un 5% en 2008 pero lo que nos gustaría es que eso fuera porque o bien la gente prefiere el transporte público o bien porque el transporte de mercancías se pasa al ferrocarril. Pero que eso se produzca porque hay crisis, eso no nos gusta. Además, la crisis también nos está afectando a nosotros porque Tráfico se financia no de las multas sino de la tasa de matriculación de coches, que el año pasado bajó un 28%, y de las transferencias de coches de segunda mano, que también han bajado, y de los exámenes de conducir que también están en descenso.

-¿Quién tiene más culpa: el conductor o la carretera?

-Lo que me obsesiona es no buscar culpables. El error que tenemos en nuestro país es el de buscar siempre culpables. Y normalmente en este debate el culpable nunca es uno. Sueño y trabajo por un escenario distinto en el que el titular de la carretera piense qué puede hacer para mejorarla y en el que el conductor piense qué puede hacer para mejorar la seguridad. También le diré que, en términos generales, el factor humano siempre está.

-Se planteó ampliar la velocidad máxima en autopistas a los 130 kilómetros por hora. ¿Se hará?

-Lo que queremos es homologar la velocidad máxima en autopistas y autovías en toda Europa. Hoy hay países en los que ese límite está en los 120 kilómetros por hora y otros en los que está en los 130. Lo importante es que haya una velocidad única, algo que por ahora parece difícil. Otro debate que está abierto es el del entorno de las grandes ciudades para reducir velocidades por criterios medioambientales, de emisiones y de consumo energético. Suena raro que pases de ir a 120 kilómetros por hora en una autopista a entrar a 50 al llegar a la ciudad. Vemos más lógico que se creen unos anillos a 10 ó 15 kilómetros que sirvan de transición para ir reduciendo progresivamente la velocidad.

-Permítame una cuestión personal: ¿Ha perdido usted a algún ser querido en un accidente de tráfico?

-Pues no. Y he tenido suerte porque he vivido todos aquellos años en los que hicimos muchas animaladas con el coche porque nadie nos había explicado cómo iba esto.

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