Martín López dice que los que lo conocen saben que cuando toma una decisión va para adelante. "Venga lo que venga", precisa. Este bombero del parque algecireño se puso ayer en huelga de hambre para apoyar a su compañero de Jerez, Pepe Gómez, sin comer desde el pasado martes, y para denunciar que la negociación del convenio colectivo, bloqueado desde hace 15 meses, está llena de anomalías.

Este representante del sindicato CSI-CSIF ha aparcado su autocaravana delante del parque algecireño y allí piensa estar hasta que llegue una solución. Plantea dos alternativas para levantar esta medida: que Cabañas (por el presidente de la Diputación Provincial) no firme el acuerdo hasta que no estén conformen todos los sindicatos o que se destituya al presidente (Andrés Beffa) y al gerente del Consorcio Provincial.

Sus compañeros le apoyan, aunque tienen que hacerlo de manera gradual porque no pueden acumularse más de veinte en la calle para no llegar a ser una concentración. Explica que se ha intentado dialogar, que la huelga es como el último cartucho y que ha dejado de comer por la dignidad del bombero. "Se nos han recortado derechos laborales, sociales y sindicales. La semana pasada se votaba el preacuerdo y fue un engañabobos. Traían las urnas con votos dentros y votaba quien no podía. Hubo numerosas incidencias". Tampoco se muestra partidario de que la duración del convenio sea de diez años.

Ya hay más compañeros del cuerpo que se han mostrado dispuestos a seguir sus pasos la próxima semana.