Algeciras

Indigentes, la realidad de estos extraños conocidos

  • Voluntarios de Cruz Roja asisten a 379 personas sin hogar en apenas un año Recorren varios puntos de la localidad para repartirles alimentos y bebidas

Se les califica como "personas sin hogar" aunque realmente su hogar es tan inmenso como lo es tratar de explicar dónde está el límite de quien vive en la calle. Son tan extraños que a veces, cuando se van, sorprende el vacío que dejan. Edmund Büsch, el Alemán, ha sido la imagen durante décadas de la indigencia en Algeciras. La noticia de su fallecimiento que publicó este diario generó tal impacto social que afloró ese sentimiento de humanidad hacia los que, como él, continúan malviviendo a la intemperie. Algunos por propia voluntad.

Es inevitable cruzarse con ellos, algunos se han vuelto rostros cotidianos. Acercarse a ellos no es tarea fácil. Como punto de referencia está el centro social del Padre Cruceyra de Cáritas. Pero hay que destacar especialmente el programa de Atención Integral de Personas Sin Hogar de Cruz Roja que desde su inicio el pasado febrero ha atendido a 379 personas: 316 hombres y 63 mujeres.

Este programa, implantado en Algeciras después del éxito en Cádiz y Jerez, lo forman ya 39 voluntarios -de la veintena que lo inició- e integran las Unidades de Emergencia Social (UES). Recorren la ciudad al caer el sol para repartir alimentos y bebidas calientes a las personas sin hogar. Es la primera vez que salen a la calle a buscarlos y lo hacen lunes, miércoles y viernes desde las siete de la tarde hasta la medianoche.

Cada día se atiende a una media de 35 personas, una cifra ligeramente superior a la de hace un año -unas 28 personas-. La consolidación del proyecto ha sido vital, como lo es que se propague el conocimiento de la labor entre los que viven en la calle, añadido a la actividad del voluntariado y a la coordinación con otras instituciones que también reparten desayunos y almuerzos.

Apenas llevaba un mes el proyecto en marcha cuando Europa Sur acompañó a un grupo de voluntarios en su labor. De aquel entonces llamó la atención el caso de Francisco, un cordobés de 73 años que almuerza en el comedor del Padre Cruceyra y al que siguen llevándole alimentos al caer la noche a su "hogar", localizado en los bajos del puente de la A-7 en Doña Casilda. Igualmente sigue Josefa, de 46 años, en unas ruinosas instalaciones deportivas de La Yesera, aunque ahora comparte espacio con su hermano, que corre una suerte similar.

La coordinadora del proyecto en Algeciras explica que, un año después de iniciar el programa en la ciudad, los españoles siguen siendo los mismos, salvo tres jóvenes a los que llevan comida a una casa de ocupación. La cifra de personas atendidas en apenas un año es tan elevada debido a los numerosos transeúntes del entorno portuario. Extranjeros, en su mayoría marroquíes, en tránsito con destino a Marruecos.

El programa de Cruz Roja se inició focalizado en el centro, pero ha llegado a extenderse casi de norte a sur provocando que los voluntarios pasen hasta seis horas repartiendo alimentos. "Saben perfectamente a la hora que salimos. Llueva o no salimos".

En Sotorrebolo hay un indigente extranjero, muy reacio a recibir ayuda, que suele ir tapado con una manta de trapos. Explica la coordinadora que desconocen su nacionalidad, solo una vez les escribió en una hoja lo que creen que es su nombre: Exttor. Otro caso es el de una mujer que duerme en un soportal del paseo marítimo que siempre viste con mucha ropa. Le registraron como María porque una vez así gritó a los voluntarios. Saben positivamente que no es su nombre, pero no tienen otro dato.

La ruta continúa por San García, la Yesera, el paseo del Río de la Miel, la plaza de abastos o Pescadores, donde saben que viven algunos de forma okupa. "La ruta está más abierta porque ya no es sólo la zona centro, ya están por toda Algeciras". Por lo general, Cruz Roja se sitúa en ocho puntos. Durante el invierno, además, entregan mantas, guantes y gorros, financiados con fondos procedentes del IRPF -la x solidaria de la Renta-, así como alimentos navideños y una cena especial.

Como curiosidad está la desaparición de los indigentes de las entidades bancarias que rodean al monumento de la madre. Dormían allí muchos, pero les han echado. Uno de los afectados ha encontrado su hueco en uno de los bancos del paseo, muy cerca del que ocupaba el Alemán. De hecho, precisamente a Büsch le atendió durante años Cruz Roja. Le aseaban. Nada más podían hacer, "su vida era limpiar los arriates. No hablaba nada, era muy complicado, no quería nada, te besaba la mano para darte las gracias, era su forma de hacerlo", reconoce la coordinadora.

Como apunte, desde el año 2000 se viene solicitando en Algeciras la construcción de un albergue de transeúntes, ese mismo año Cruz Blanca inició las obras de un centro de emergencia social, que se paralizó. En 2006 el PP reclamó la construcción de un albergue y dos años después insistió considerando que sería posible con la unión. En 2010 el PSOE anunció que había ofrecido a la Junta terrenos para ello y Pro Derechos Humanos hace menos de un año volvió a insistir.

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