Granada año a año

2020: El año en el que hicimos acopio de papel higiénico y en el que se cerró La Alhambra

Con el confinamiento las calles de Granada se quedaron vacías. Con el confinamiento las calles de Granada se quedaron vacías.

Con el confinamiento las calles de Granada se quedaron vacías. / Photographerssports

Fue un tiempo que no permitirá olvidos. Tiempo de calles vacías, de escaparates que no reflejaban figura alguna, de telediarios todos iguales y de noticias con filetes de esquelas. Tiempo de abrazos perdidos, de cervezas aplazadas, de metro y medio de distancia, de cristales a prueba de virus y de sonrisas escondidas detrás de una mascarilla. Tiempo de bata de casa, de procesiones sin salir, de flores sin cortar y de darle vueltas a la mesa camilla. Un tiempo raro y extraño en el que a veces nos buscábamos a nosotros mismos y no nos encontrábamos. Un tiempo en el que se reseteó la economía granadina y en el que se cerraron cientos de negocios por no poder aguantar el suplicio del confinamiento. Pero también era un tiempo en el que era necesario positivo, mucho mejor que dar positivo.

Al principio no creímos que nos iba a pasar a nosotros. Covid y coronavirus eran palabras que no estaban en nuestro vocabulario y ni siquiera sabíamos que existían. Creíamos que ese virus actuaba solo en China, que es donde se dieron los primeros contagios. Después pasó a Europa y ya la preocupación fue más cercana. Durante la última semana de febrero, previa al puente de Andalucía, el temor se centraba en Italia. En ese país ya había decenas de muertos localizados en el norte, pero en aquellos días Granada recibía con normalidad los vuelos directos procedentes de Milán. Los granadinos que habían pasado el puente allí venían extrañados de que, antes de salir, les había tomado la temperatura y ver que los aeropuertos estaban medio vacíos.

Pero aquí, al llegar al aeropuerto García Lorca, encontraba la rutina y libertad de movimientos habituales. En Granada estalló la crisis cuando aún se estaba en la resaca de la Copa del Rey y de las manifestaciones del 8-M. En apenas cuatro días, del 13 al 16 de marzo, pasó a no tener ningún caso de covid-19 a tener 13 de golpe. Un hombre de 57 años que estaba ingresado en la UCI del Hospital Virgen de las Nieves murió el mismo día 16 a causa de ese virus. Fue el primer muerto por covid. Los granadinos, como el resto de los ciudadanos del mundo, empezaban a sentir el miedo por esta enfermedad que no tenía tratamiento y de la que no existía vacuna. No se sabe por qué (haría falta un estudio sociológico en condiciones) en muchas ciudades de España, entre ellas Granada, la gente comenzó a hacer acopio de papel higiénico. Hasta ese punto estábamos cagados.

Malas noticias

Al anunciarse que en mundo había una pandemia, el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez decreta el 14 de marzo el estado de alarma. Ese mismo día termina la temporada de esquí en Sierra Nevada. Las órdenes son claras: tenemos que estar recluidos en nuestros domicilios y solo podemos salir a comprar comida o medicinas, a trabajar en caso de que nuestro trabajo sea considerado imprescindible y a sacar al perro. Las restricciones también incluían la clausura de establecimientos no esenciales, como bares, restaurantes, discotecas, cines, negocios comerciales… A causa de esto muchas empresas pequeñas tienen que recurrir a los ERTE para suspender temporalmente el empleo de sus trabajadores. Nunca antes habíamos pasado por esto. Así que desde nuestras casas podemos seguir, cada vez con más preocupación, lo que está pasando en España y en el mundo entero. Pero a nosotros lo que más nos interesaba era lo que está pasando en Granada. En los primeros días las noticias no son nada halagüeñas. El 17 de marzo la Junta de Andalucía cancela las operaciones para liberar las UCI. Ese mismo día hay dos nuevos fallecidos en Granada, provincia que ya superaba los 80 positivos con 32 hospitalizados. El 19 de marzo la cifra de fallecidos se dispara a ocho en unas horas y se localiza el primer gran foco en la residencia El Balcón de la Zubia, donde fallecen 4 personas. A esas alturas de la película ya se sabe que se trata de un virus letal para los ancianos y que apenas afecta a los jóvenes y a los niños. Los contagios sí que aumentan a ritmo vertiginoso.

El personal sanitario de urgencias del PTS de Granada, a las puertas del hospital para el aplauso diario en apoyo El personal sanitario de urgencias del PTS de Granada, a las puertas del hospital  para el aplauso diario en apoyo

El personal sanitario de urgencias del PTS de Granada, a las puertas del hospital para el aplauso diario en apoyo / Photographerssports

El 21 de marzo la Junta activa un plan para atender a 15.000 contagios y pide camas a los hoteles. Las infestaciones se triplican en 48 horas. Granada llega a ser en esos días la provincia andaluza con mayor tasa de mortalidad: mueren 21 personas en solo una semana. Los ciudadanos, desde sus casas, aplauden a los sanitarios porque los consideran héroes porque están expuestos más que nadie a esa enfermedad. El 25 de marzo se comienzan a utilizar hospitales privados y el Ayuntamiento de Granada instala en el Palacio de Deportes a los sin techo. El tres de abril se sabe que la crisis le había costado a Granada 23.000 empleos y la Universidad anuncia que no volverá a las clases presenciales. Por supuesto no hay Semana Santa ese año. Ni Corpus. La policía empieza a multar a aquellos que se saltan el confinamiento. La gente va a la farmacia a buscar mascarillas y no las encuentran. Y el que las encuentra es a precios prohibitivos. Había otro negocio en marcha. También se constata que los sectores que más ganaban con la pandemia eran los supermercados, las farmacias, Amazon, las plataformas digitales y televisivas (se dispara el consumo de series y películas) y los políticos, que como todo el mundo está preocupado por la pandemia, nadie les recrimina el atraso de unas obras o la puesta en marcha de un proyecto.

El 15 de abril es llamado el 'martes negro' porque Granada registra el 62% de las muertes en Andalucía. Hasta ese momento habían muerto casi 200 personas en la provincia por coronavirus y 3.400 empresas se habían cerrado por la pandemia. Desde el dos de mayo, un día antes de la fiesta de la Cruz, que se celebra en los balcones, el Gobierno levanta la prohibición de pasear por las calles, eso sí, con mascarilla, las cuales ya se han abaratado hasta los 0,96 céntimos. Y el doce de mayo una noticia esperada por todos: se abren los bares, en los que hay que entrar con barbijo y alejados unos de otros. Y nada de reuniones de más de diez personas. Ese mismo día se dice que el cierre de la Alhambra ha costado 1.3 millones de euros. El día 12 de mayo todas las capitales andaluzas pasan a la fase dos, menos Granada porque sigue siendo la provincia con más contagios. Ese día hay cacerolada al Gobierno.

El confinamiento, que en un principio se dijo que iba a durar 15 días, dura tres meses. En junio, con el final de la última prórroga del estado de alarma, el país pasa a lo que se denomina 'nueva normalidad'. La gente ya puede bañarse en las playas, donde habrá que guardar una distancia prudencial y donde no podrán estar más de dos debajo de una sombrilla. Después del relajamiento de las normas, en verano, habrá un repunte de afectados en el otoño. Al final del año se dan las correspondientes cifras: en Granada han muerto 989 personas desde el inicio de la pandemia. También ha sido la zona de Andalucía más atacada por el dichoso bichito porque había registrado el mayor número de casos, muertes y hospitalizados por habitantes de toda la comunidad autónoma. Según los datos facilitados por la Consejería de Salud, en la provincia se habían contagiado en este tiempo un total de 70.138 personas, lo que representaba el 7,62% de la población granadina. Rafael Guillén, el poeta, que ya había anunciado que no iba a componer más versos, coge el bolígrafo y compone un bello poema llamado Las calles vacías. Una de sus estrofas dice: Gira y gira el vacío/sobre los campos y los mares gira/sobre las cordilleras, sobre las aldeas/y las ciudades, gira/sobre los cementerios./Grita la humanidad y no se oye/porque grita hacia adentro.

La dimisión de Sebas

2020 empezó mal. Por lo pronto los granadinos que se dieron cita en la Plaza del Carmen de la capital para tomar las tradicionales doce uvas y recibir así al nuevo año se quedaron con tres palmos de narices. El audiovisual que debía dar paso a las campanadas no funcionó y hubo que recurrir a los teléfonos móviles para dar la bienvenida al nuevo año.

Sebastian Perez, tras dimitir como presidente del PP de Granada. Sebastian  Perez, tras dimitir como presidente del PP de Granada.

Sebastian Perez, tras dimitir como presidente del PP de Granada. / Photographerssports

No había terminado enero cuando Sebastián Pérez anunció en una comparecencia ante los medios que dimitía como presidente del PP de Granada ya que, según dijo, no tenía "ni el apoyo, ni el respaldo, ni es respecto de la dirección nacional ni de la dirección regional de mi partido. Y así es muy difícil hacer política". Aunque el detonante que había provocado la crisis tenía que ver con la cesión a Vox de la presidencia de una comisión plenaria municipal, las diferencias entre el Sebastián Pérez y la dirección del PP venían de lejos y se agravaron después de que la ejecutiva nacional de su partido pactara con Ciudadanos un acuerdo de gobierno que concedía a Luis Salvador la Alcaldía de Granada, como ya explicábamos en el capítulo anterior. Sebastián Pérez acusaba a su partido de haber vendido Granada a cambio de sellar el pacto en otros gobiernos como el de Murcia o el de Málaga. Y denunció también haber recibido presiones para que los ediles apoyaran la propuesta que daba cierta relevancia local a Vox, en detrimento del PSOE, que fue la formación que ganó las elecciones. Sebastián Pérez dijo que dimitía como presidente del PP, pero no como concejal ya que se lo debía a sus votantes. El PP granadino quedaría a partir de ese momento en manos de una gestora.

La violinista granadina María Dueñas La violinista granadina María Dueñas

La violinista granadina María Dueñas

Lo que sí se celebró en 2020 fue el Festival Internacional de Música y Danza, gracias al cual muchos granadinos supieron que tenían una paisana de la que sentirse orgullosos: María Dueñas, una verdadera virtuosa del violín que ese año cumplía 17 abriles. Tras la extemporánea renuncia al cargo de Pablo Heras-Casado como director del Festival, fue nombrado Antonio del Moral, que iba a hacer todo lo posible porque el certamen no se suspendiese a consecuencia de la pandemia, tal y como había pasado con otros en Europa. Y no se suspendió. El público se puso su mascarilla y subió al Carlos V o al Patio de los Arrayanes a oír los conciertos, sobre todo de solistas capaces de llenar solos un programa. Además, en 2020 se celebraba en todo el mundo el 250 aniversario del nacimiento de Beethoven y había que homenajear al genial músico. Lo hicieron la mar de bien el veterano pianista argentino Daniel Barenboim y la joven violinista granadina María Dueñas. Ésta última logró una actuación insuperable al interpretar el Concierto para violín de Beethoven acompañada por la Orquesta Sinfónica de Galicia dirigida por Juanjo Mena.

La pantera de Huelma

En septiembre, la localidad de Ventas de Huelma salió en todos los telediarios y en los periódicos de ámbito nacional y local porque, según los vecinos, por la localidad merodeaba una pantera. El Seprona montó un amplio dispositivo para cazar a la supuesta pantera. Algunos vecinos aseguraban haberla visto e incluso haber oído sus rugidos. Durante varios días se publicó en prensa unas imágenes de poca calidad y realizadas a mucha distancia que no permitían divisar con claridad la naturaleza del animal. Tampoco se descartaba que, efectivamente, fuese una pantera. Se avistaba un felino de color negro y, aparentemente, de grandes dimensiones. Fue entonces cuando Alfonso Azaustre, un fotógrafo especializado en fotografía documental de viaje y naturaleza residente en Huétor Tájar, preparó su equipo de trabajo y salió en busca del animal. Lo que encontró, sin embargo, fue un gran gato negro, campando a sus anchas. Fin del misterio. Pero al año siguiente, el alcalde de Venta de Huelma, Luis Miguel Ortíz, en recuerdo de aquellos días en que su pueblo adquirió fama nacional, encargó una escultura conmemorativa con la imagen de una pantera a tamaño real. «Se nos ocurrió encargar la escultura porque la búsqueda de la pantera fue algo histórico para este pueblo, estuvimos en el candelero a nivel nacional una semana. Más que como reclamo turístico, es porque lo recordamos con cariño", dijo el regidor. Y allí está la pantera.

La plantilla del Granada celebra el séptimo puesto en la Liga tras golear al Athletic. La plantilla del Granada celebra el séptimo puesto en la Liga tras golear al Athletic.

La plantilla del Granada celebra el séptimo puesto en la Liga tras golear al Athletic. / Photographerssports

Y si el 2020 fue un año negro por las consecuencias de la pandemia, para el Granada CF fue el mejor año de su historia porque por primera vez jugó en Europa. Tras derrotar el 19 de julio al Athletic de Bilbao por cuatro a cero, alcanzó la séptima plaza de la Liga, que daba acceso a las previas de la Europa League 2020-21, después de que, también, se hubiese decidido durante el confinamiento el aplazamiento indefinido de la final de Copa. El Granada conseguía, así, acceder a Europa por primera vez en su historia, con el mérito añadido de haber sido uno de los presupuestos más bajos de Primera División en esta temporada. El equipo haría un buen papel en el continente porque superó tres fases previas en las que eliminó al Lokomotiv, al Malmö y al PSV, entre otros. Los aficionados granadinos se frotaban los ojos porque no se lo creían. El sueño europeo del Granada se acabó después de quedar eliminados en los cuartos de final ante nada menos que el Manchester United. Los granadinos llegamos a creer aquel año que Diego López era el mejor entrenador del mundo.

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