Germán Ramírez va camino de convertirse en un animal televisivo...

-Un, dos, tres, ya no me ves, soy el gato siamés.

Hace unos meses entró en la actual edición de Gran Hermano. Le mostraron un pasillo que se hundía en la negrura, y el reality lo engulló. No pasó desapercibido. Daba vídeos. Juego. Diversión. No tardó en encontrar a una media naranja. Más juegos. Risas. Canciones. Fiestas de la nada. Pero tanta energía ofuscó a la audiencia. Y claro, fue devuelto a la realidad. Pum. Pasillo, plató y focos. Con los aplusos aún metidos en las orejas, Germán apareció en otro espacio de Telecinco. En Mujeres y hombres y viceversa. Un reality, al fin y al cabo, que le buscaba a una decena de chicas con las que hablar y no varaba su vida. De nuevo, rompió moldes. La audiencia se empezó a empinar.

Y ahí tienen ahora a Germán, hilvanando su ingenio con lo del gato siamés, como para romper el hielo antes de entrar en faena. ¿Por qué se metió en Mujeres y hombres...?

-A mí me gustó desde el primer momento que lo vi, antes de entrar en Gran Hermano, y pensaba verme ahí sentado como tronista y poder conocer a gente. Además a mí a veces me cuesta encontrar pareja y a lo mejor aquí tengo suerte. Así que cuando me preguntaron por el tema pues p'alante. Me pareció totaaaal.

¿No fue por exigencias de contrato? El tema del dinero a Germán no le interesa, hace tiempo que tiene sus negocios, y aquí ha entrado para divertirse. Él vigila la raya que no puede pisar. ¿Cuándo se graba este espacio? Dice que lunes, miércoles y viernes. Y que cada día se hacen dos programas. Y que no puede hablar con las chicas fuera de la grabación. ¿Y Efrén, su compañero, estará mucho más tiempo?

-Esas cosas que me preguntas no sé contestarte, esas cosas son de dirección.

Caso zanjado.

O no. ¿Efrén ha elegido ya? ¿Está grabado el programa en el que se queda con alguien? El hombre resopla y se arma de paciencia.

-No, no. No sé de donde sacas esa información, ahí queda mucha intriga, y ni yo que estoy con él en el camerino lo sé.

Germán se pone en el papel de Efrén y en el que haga falta. Si se le pregunta por su compañero: "Hemos cosechado una buena amistad, es un tío genial". Si la cuestión apunta a Raquel y Paco, los asesores del amor, la respuesta no cambia: "Nos apoyan al 100%". Y los que sientan en el público para opinar de las citas, mirando con lupa cada acción, esos "dicen lo mismo que cualquiera en su casa viendo el programa". Por ahí, todo perfecto.

¿El programa te va a poner pronto otro compañero? ¿Se piensa en otro tronista? Esto para Germán es ya el colmo. La sonrisa le adorna las palabras, es simpático, no puede evitarlo, pero es el colmo.

-Ni idea. Yo estoy muy agusto, me gustan la chicas que me han puesto, porque son interesantes, que saben lo que quieren. No me puedo quejar. La gente por la calle me habla de este programa, me dice ¡Mira es Germán el de Mujeres y hombres y viceversa!, y no el de Gran Hermano. Así que eso es porque me ven.

Queda otra cuestión. La última. ¿Hasta cuándo estará en Mujeres y hombres...?

-Pues no sé. Depende de las mujeres que me pongan, a ver qué pasa, si la mujer compagina conmigo, el roce hace el cariño... Esto es como un puzzle, tienes que montarte una figura con 15 fichas y es muy difícil porque a la hora de la verdad te tienes que quedar con una.

¿Participar en Gran Hermano es un chollo? A Germán no le sentó mal. Entró porque quiso. Lo pasó bien. Pero lo advierte. Aquí intenta ponerse serio: "Quien piense que va a salir siendo un maharajá, se equivoca, aunque el efecto sea brutaaal".