El tren también lleva graneles en Europa. Hace unas semanas se estrenó en el puerto de Rotterdam, en Holanda, una terminal de carga y descarga de graneles líquidos construida por un consorcio de empresas. Costó 2 millones de euros, se construyó en apenas seis meses y será capaz de cargar y descargar seis vagones a la vez a una velocidad de 400 toneladas por hora. Al día siguiente, Botlek Tank Terminal llenó el primer tren de biodiésel para transportarlo a una refinería en Bavaria (Alemania).

En Algeciras, las grandes empresas han mostrado durante mucho tiempo por el ramal del denominado tren de las industrias. Un proyecto que pretendía poner en servicio un tramo de vía en desuso del que se habló, aunque nunca se concretó nada. Las empresas llegaron a estar dispuestas a estudiar fórmulas para hacer el proyecto viable, aunque hoy sólo está incluida esta petición dentro del Manifiesto en Defensa de la Mejora de las Conexiones Feroviarias de la Bahía de Algeciras que han firmado unas sesenta organizaciones, empresas y administraciones de la zona.

El tren es una opción para los graneles. De hecho, el director de Vopak Terminal Algeciras, empresa que acaba de iniciar su actividad en el Estrecho, ya dijo en una entrevista a Europa Sur que el tren era incluso "una alternativa eficiente para los graneles" que competía "incluso con los oleoductos". El proyecto de esta terminal de almacenamiento de graneles líquidos no incluye un cargadero de trenes, aunque el director de Vopak se mostró entonces encantado de tener acceso a él, si hubiera mercado que utilice el tren y buenos cargaderos en Madrid para ello.

Con la puesta en marcha de esta terminal de graneles y el movimiento de mercancías que ya está generando, el puerto pronto podrá contar las 100 millones de toneladas al año que superan todos los ejercicios los puertos que forman parte del primer mercado municipal de suministro de búnker, el norte de Europa.

Cuando alcance las 100 millones de toneladas formará parte de ese club de puertos europeos que cuentan su tráfico total en centenares de millones de miles de kilos, que son Rotterdam (Holanda), Amberes (Bélgica) y Hamburgo (Alemania), que manipularon 441, 194 y 130 millones de toneladas el pasado año. La comparación con aquellos puertos queda aún un tanto lejana, sobre todo teniendo en cuenta su tamaño, su ubicación y las grandes infraestructuras que poseen.