Cádiz

Aquel verano de 1978

  • El bebé probeta inglés, otra galaxia en la España que no se veía en los Botejara

Louise Brown de bebé con su madre y su padre en Bristol, hace 40 años, el primer niño probeta.

Louise Brown de bebé con su madre y su padre en Bristol, hace 40 años, el primer niño probeta.

Que en el verano de 1978 nacieran Kobe Bryant, el mítico jugador de la NBA, o Julian Casablancas, que sería el fundador de la banda de principios del siglo XXI The Strokes no tuvo relevancia. Ningún periódico tituló "Nace el que será uno de los mejores jugadores de la NBA" o "Nace el que será autor de Last Nite". Sin embargo, Louise Brown, que en estos días cumple 40 años y que hoy es una madre como tantas que vive en cierta medida de su nacimiento, sí que ocupó portadas sin haber ganado ningún anillo de la NBA ni ningún disco de oro. Louise Brown era el primer bebé probeta que nacía mientras se moría un Papa, venía otro (que moriría bien pronto también), y la Iglesia se llevaba las manos a la cabeza. Los hombres jugando a ser Dios, ya se sabe, han visto pelis de este asunto.

Pero España no estaba en nada de eso, ni en lo de la probeta ni en lo del Papa. Aún vivía impactada por el fallo de Cardeñosa a puerta casi vacía contra Brasil en ese Mundial organizado por una dictadura que tiraba a la gente desde los aviones al río de la Plata. Lo había visto por primera vez en color (lo de Cardeñosa; lo otro, lo del Río de la Plata nadie lo veía) porque para ese Mundial se hizo una promoción renove del parque televisivocomo nunca se había visto para que entráramos en la modernidad pal. Y aunque en el Mundial nos tuvimos que conformar con ver las camisetas naranjas y albicelestes porque a La Roja, que entonces no se le llamaba así, apenas se la vio, luego pudimos disfrutar en color de un extraño estreno de agosto, La España de los Botejara, que era una cosa muy rara, pero como no había muchas cadenas, pues todo el mundo lo vio. Era una cosa que se le ocurrió a Alfredo Amestoy y tocaba la carne de la emigración, pero a todos nos pareció muy gracioso, como si no fuera con nosotros, que éramos modernos porque se habían divorciado Julio Iglesias e Isabel Preysler, que era algo que el resto de los españoles no podíamos hacer, y se había casado la duquesa de Alba con un plebeyo y ex cura, Jesús Aguirre. Y porque cantábamos Vivir así es morir de amor, de Camilo Sexto, que quién iba a pensar que se convertiría en himno no oficial del Atleti cuando bajara mucho tiempo después a Segunda División.

Quizá no nos enteráramos que otra de las canciones del verano, Sorry I'm a lady, que sonaba muy kitsch y que rompía la pana en Alemania, cantada por una chica muy guapa de Madrid y otra feílla de Logroño, las Baccara, no dejaba de ser algo parecido a los Botejara, chicas emigrantes en la cresta de la ola. Con lo que bebés probeta a nosotros.

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