Dependencia móvil

Los mayores de 50, los mejor adaptados a los 'smartphones'

  • Según un estudio de Wiko, la generación X es la que mejor provecho saca a las innovaciones tecnológicas sin perder el contacto con su entorno

Los andaluces de entre 45 y 50 años, a pesar de tener contacto constante con sus ‘smartphones’, son los menos dependientes.

Los andaluces de entre 45 y 50 años, a pesar de tener contacto constante con sus ‘smartphones’, son los menos dependientes. / M. G.

Baby boomers, generación X, millennials… Desde hace décadas a los nacidos entre periodos de años concretos se les ha clasificado en alguna categoría que explicase algunas de sus características: desde nacimientos masivos tras la Segunda Guerra Mundial, hasta aquellos con una actitud más comprometida con el mundo. Pero ahora se da a conocer un nuevo grupo, los denominados game changers, personas que, aun siendo grandes defensoras de las nuevas tecnologías y el uso de smartphones, phablets o cualquier tipo de dispositivo, son a la vez capaces de disfrutar de la vida cotidiana. Pero, ¿quién pertenece a esta generación?

Esto es precisamente lo que ha querido averiguar el fabricante de smatphones Wiko, para lo que ha llevado a cabo el I estudio Generación Game Changer by Wiko, un informe demoscópico a nivel nacional, en el que han participado 2.000 personas entre 18 y 55 años. En él se analizan los hábitos y normas que han cambiado en los últimos años, tanto en rutinas y prácticas sociales, como en aspectos relacionados con la tecnología, elementos que cada día cobran más importancia en nuestra vida.

Como primer paso para conocer el uso que se les da a los móviles hoy en día, el estudio revela que el 71% de los andaluces reconoce tener cierta dependencia de su terminal. Siendo los más jóvenes (de entre 18 y 25 años) los que mayor adicción muestran (84%), en contraposición con los mayores, la denominada generación X (personas de entre 45 a 55 años) que, pese a utilizarlos de manera habitual, se consideran dependientes en el 54% de los casos. En este escenario cabe destacar que los usuarios de Andalucía miramos el móvil, de media, cada 40 minutos.

En este caso, los X vuelven a ser los menos conectados, ya que se acuerdan de consultar el smartphone casi cada hora (cada 52 minutos), frente a los integrantes de la generación Z, también conocidos como centenials (de 18 a 24 años), que lo hacen cada menos de media hora (30 minutos). Son estos los que se muestran más conectados al terminal y casi duplican en porcentaje a generaciones posteriores en la frecuencia de consulta del móvil, ya que casi la mitad de ellos (47%) mira el móvil cada menos de 15 minutos, frente al 25% de los usuarios más mayores (de 45 a 55 años) que reconocen mirarlo en esta franja de tiempo.

De esta situación se deriva la incapacidad de estar sin su terminal demasiado tiempo. Y en este escenario llama especialmente la atención que, preguntados acerca del tiempo que podrían estar sin su terminal, los resultados no distan mucho entre edades, ya que, mientras que el 35% de los millennials podría estar como mucho unas horas, esta respuesta fue elegida por el 32% de los componentes de la generación X. La necesidad de tener el móvil cerca se pone de manifiesto una vez más al descubrir que solo el 11% de los andaluces podría vivir sin su smartphone. Y aquí sí existe diferencia entre generaciones ya que el 20% de los X serían capaces de vivir esta situación, frente al 3% de los jóvenes entre 25 y 34 años.

Siguiendo con el análisis, el I estudio Generación Game Changer by Wiko también ha descifrado en qué situaciones solemos usar más el terminal en esta comunidad, descubriendo que el momento de ir a la cama es en el que más andaluces utiliza el smartphone (85%), seguido de los ratos frente a la televisión (83%). Sin embargo, este ranking cambia según la edad, ya que mientras los encuestados de entre 18 y 24 años acceden más antes de dormir y nada más despertarse (96% y 91%, respectivamente), los mayores distribuyen mucho más sus hábitos de uso.

Es esta exposición la que lleva a pensar a muchos de los encuestados andaluces (82%) que son necesarios los retiros tecnológicos, es decir, tomarnos unas vacaciones y alejarnos durante un tiempo de los móviles y otros dispositivos. De hecho, el 58% de los más jóvenes cree que el exceso de desarrollo tecnológico hace que se pierda cierto contacto con la realidad. Pese a este escenario pesimista, los más mayores muestran una mayor responsabilidad, asegurando en un 60% de los casos que las nuevas tecnologías nos ayudan siempre que se utilicen con cabeza y como herramienta para mejorar nuestra calidad de vida. “Aunque parezca una contradicción, desde Wiko apoyamos esta idea.

Parte de nuestra identidad de marca es que la tecnología debe estar a nuestro servicio y no al contrario, por lo que siempre fomentamos un uso responsable, y esta generación viene precisamente a conseguirlo. Los game changers le han dado un nuevo uso a la tecnología, uno en el que ellos deciden los avances que quieren introducir en su vida diaria y cómo y cuándo usarlos. Se trata de un grupo que ha aprendido a adaptar la tecnología a su estilo de vida, y no al contrario”, explica Irene Manterola, directora de marketing de Wiko Iberia.

Y es la dependencia de la tecnología la que nos hace plantearnos su utilidad. ¿Es realmente buena para nuestro desarrollo personal? Lo curioso es la respuesta, porque es precisamente la generación de jóvenes en Andalucía la más crítica: el 60% cree que hace que nos volvamos más pasivos y cómodos y no nos esforcemos por aprender cosas nuevas. Curiosamente, los mayores se muestran más positivos frente a las ventajas que nos puede traer la tecnología, ya que casi la mitad de ellos (47%) opina que nos estimulan y motivan nuestro interés por aprender cosas nuevas.

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