Toros

¿Qué eran, señoritas toreras o toreros?

  • Alfonsa Quiñones, nacida en Los Barrios en 1914, fue una de ellas, digna representante del toreo femenino en la Algeciras de los años 30

La presencia de la mujer en el toreo viene de largo. Hay escritos al Consejo de Castilla de 1654 que dan fe de ello. En 1774 toreaban profesionalmente. Fue el caso de Francisca García, de Motril, esposa del banderillero Francisco Gómez. Don Josef Daza, en 1778, varilarguero por excelencia y escritor, nacido en Manzanilla (Sevilla) nos cuenta como las novicias antes de tomar los hábitos tenían la costumbre de torear becerros.

Goya, el mejor reportero taurino, en sus aguafuertes, da noticias como que en 1816 Nicolasa Escamilla 'La Pajaruela' picaba toros en Zaragoza. La nómina de estas valientes transgresoras de la fiesta de toros es larga y curiosísima. Fue el caso de la célebre María Salomé Tripiana, que nació el 28 de agosto de 1878 en Senés (Almería). Fue un ciclón en los ruedos y quiso emular a muchos toreros, en especial a las célebres 'Las Noyas', grupo de chicas toreras catalanas que hacían furor. Pero la ambigüedad de la 'Reverte' en cuanto a su sexo traía de cabeza a los taurinos de su época hasta que se descubrió que era un hombre. Se retiró del toreo y con el nombre de Agustín Rodríguez se colocó de guarda en una finca de Jaén. Murió en 1942 a la edad de 65 años.

Las prohibiciones de torear a pie para la mujer, como la promulgada el 2 de junio de 1908 por el ministro Juan de la Cierva en el gobierno de Antonio Maura, dificultó aún más el desarrollo del toreo femenino, acabando, además, con las populares 'mojigangas'. Con la segunda República, con el ministro de gobernación, Rafael Salazar Alonso, se levantó la prohibición en 1934; más con la caída de la República la prohibición vuelve con la Ley de 22 de julio de 1961. Fue por el arrojo y tenacidad de la alicantina María de los Ángeles Hernández 'Ángela' y de su abogado José Briones quienes consiguieron por medio de la orden ministerial del 10 de agosto de 1974 la autorización del toreo a pie.

No cabe duda de que han habido mujeres toreras que han dignificado a la profesión, pocas, es lo cierto, pero de relevancia, aún sin llegar a tomar alternativas como pasó con Juanita Cruz, la malagueña Mari Fortes, con Rosarillo de Colombia, Alicia Tomás, Mari Cruz, La Algabeña y Maribel Atienzar que formaban el conocido cartel de '6 Mujeres 6'.

Sin duda, la más importante fue la madrileña Cristina Sánchez, con su alternativa de lujo en Nimes el 25 de Mayo de 1996 de manos de Curro Romero y Manzanares, confirmada el 12 de mayo de 1998. Siendo la primera mujer 'torero' y única en abrir la Puerta Grande de las Ventas. Se retiró el 12 de octubre de 1999 tras una dura pelea con sus compañeros matadores al negarse a torear con ella.

Hoy vamos a rendir un sencillo homenaje y recordar a Alfonsa Quiñones Sánchez, una señorita que se hizo torera en Algeciras, nacida en Los Barrios en 1914. Su padre, hombre de campo, se vino hasta Algeciras con sus cuatro hijos, Alfonsa era la menor. Traía ya el venenillo del toreo por dentro y no cejó en su afición a torear. Hoy su hija, Luisa, de 72 años, que nos atendió cortésmente, me relató parte de los avatares que tuvo que pasar su madre para poder torear. Alfonsa, muy joven, con apenas 16 años, siempre que podía se escapaba a los cercados ganaderos que entonces rodeaban Algeciras, con la complicidad de un joven de Ronda que después sería un gran banderillero, Fernando Naranjo 'Rondeño', que debutó con caballos nada menos que con Domingo Ortega, que una vez retirado abrió en Algeciras la conocida y exquisita pastelería la 'Rosita'.

Alfonsita Quiñones tuvo siempre la ayuda y simpatía del gran ganadero don Ramón Gallardo. Ella, de becerrista, debutó en las plazas de Tarifa, Algeciras y en San Fernando, donde por sus triunfos era siempre repetida y esperada por los aficionados. En Plasencia debutó el 10 de junio de 1935 con novillos de Juan Gallardo de Baños de Montemayor. En el cartel que posee su hija Luisa figuraba una curiosa anotación de la rejoneadora Luisa Parenonts como 'sportmants'. Alfonsa Quiñones "mataría un eral". Iba acompañada esa tarde de los banderilleros Eduardo Gallardo y Manuel Alcolea. Los cuatro restantes eran para los novilleros, José García 'Palmeño Chico' y Joselito de la Cruz.

Alfonsa Quiñones tuvo casta torera y no estuvo exenta de cogidas. Llamada para torear en San Fernando, la anunciaron para lidiar vacas a lo que se negó rotundamente diciendo: "Yo solo toreo novillos toros". Nunca torea de luces, estaba prohibido, era lo que más deseaba. Lo hacía con chaquetilla campera blanca y falda negra pantalón. Un primo suyo de Tánger le regaló un capote de paseo, lo que aprovechó para hacerse la foto que adorna esta página, donde vemos la belleza y gracia de la jovencísima pionera del toreo femenino algecireño. Con 19 años fue testigo de la gran faena de 1933 de la Serna en la Perseverancia. Lucho hasta donde pudo ante la incomprensión del toreo femenino. Se casó y tuvo una sola hija, Luisa. Trabajó en una fábrica de tapones en Algeciras y luego en Gibraltar. Cuenta su hija que fue siempre una mujer muy solidaria. Falleció en 1958, muy joven, a los 44 años.

Breve, pero un sencillo homenaje al recordar a esta algecireña que se sumó a una larga lista de valientes mujeres transgresoras, toreras, que se pusieron al machismo por montera.

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