Toros | Primera corrida de la Feria de Abril

Rafael Serna, 'candidato' triunfador

  • El sevillano corta el único trofeo del festejo, primero del ciclo abrileño

  • Bolívar, vuelta al ruedo con petición de oreja, y Luis David, de vacío

  • Flojísima corrida de La Palmosilla, remendada con un sobrero de Sampedro

Rafael Serna, 'brindando su primera faena a su padre.

Rafael Serna, 'brindando su primera faena a su padre. / Juan Carlos Muñoz

Hasta dos veces funcionó la grúa –las cuadrillas levantando al toro, tirando del rabo– en una corrida flojísima de La Palmosilla, remendada con dos sobreros, el segundo de Hermanos Sampedro, también sin fuerzas. En comportamiento, la mayoría de los toros fueron nobles.

Rafael Serna se alzó como el candidato triunfador del festejo en una tarde en la que el público –menos de media entrada– se desesperaba ante la excesiva flojedad de los astados. El diestro sevillano, aconsejado y alentado desde el callejón por Francisco Rivera Ordóñez Paquirri, consiguió el único trofeo por una faena al sexto, que cumplió en varas. Serna, tras ganar terreno a la verónica, dosificó muy bien las carencias de fuerzas del astado, al que dejó refrescar entre tanda y tanda. La labor, entre los sones del pasodoble Rafa Serna, dedicado al padre del torero y que estreno la Banda de Música Maestro Tejera, estuvo salpicada de algunos pasajes de gran intensidad, especialmente en un par de series diestras y un manojo de naturales de bella factura; destacando también los pases de pecho y remates. Todo ello ante un toro que se quedaba corto y que fue a menos. Mató de estocada y fue premiado con una oreja.

El tercer toro fue devuelto tras derrumbarse en varas. Salió un sobrero de la misma ganadería, ¡con 608 kilos!, también flojísimo, que perdió las manos en varias ocasiones tras la muleta. Serna, que brindó a su padre, fallecido el pasado febrero, con mirada al cielo y montera en mano, destacó con el capote en un quite por ajustadas chicuelinas, concretó un trasteo correcto, firmando varios muletazos con buen gusto, pero falló con los aceros y escuchó unas cariñosas palmas.

El colombiano Luis Bolívar, que abría cartel, dio una vuelta al ruedo tras petición de oreja tras una faena de entrega, en la que destacaron en varios pasajes la ligazón y el temple ante el cuarto. un toro con calidad al que recibió con dos largas cambiadas de rodillas –la primera de ellas frente a toriles– y en la que destacó en dos tandas diestras en las que empapó al toro en la muleta. El astado fue a menos y el trasteo, debido a ello, perdió intensidad en su segundo tramo. Mató de estocada recibiendo y la presidenta fue abucheada por no conceder el trofeo.

Bolívar no tuvo opciones con su flojísimo y noble primero, bajo y cornidelantero, que perdió las manos reiteradamente entre las protestas del público. Labor correcta, pero sin emoción, que brindó a su compañero Rafael Serna.

Luis David, de la dinastía Adame, también contó con un lote sin fuerzas. Ante el castaño segundo, en el que se marcó unas aplaudidas lopecinas y que cumplió en varas, únicamente logró algunos muletazos sueltos con calidad ante un ejemplar al que no podía bajar la mano. Faena un punto desceñida que comenzó con estatuarios y culminó con media estocada.

El quinto, un inválido que se desplomó en banderillas, fue sustituido por el segundo sobrero, con el hierro de Hermanos Sampedro, un toro flojísimo que se derrumbó en varas. De nuevo, entrega del diestro mexicano, que recibió al burel con una larga junto a tablas. Comenzó su labor muleteril con una tanda diestra salpicada con muletazos por la espalda y se esforzó por agradar, con el animal perdiendo las manos, hasta la estocada.

En resumen, un festejo con poco contenido artístico, marcado por la flojedad excesiva del ganado, y en la que Rafael Serna, en una tarde en la que se jugaba su futuro y sumamente emotiva con el recuerdo palpitante de su padre, consiguió una valiosa oreja, primera de este ciclo abrileño.

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