Toros

Manzanares corta tres orejas y sale a hombros en Palencia

  • El encierro de Juan Pedro Domecq ha ofrecido un juego desigual aunque han destacado dos toros, El Fandi ha cortado una oreja y Ponce se ha ido de vacío

GANADERÍA: Toros de la ganandería de Juan Pedro Domecq que han dado un juego desigual. Buenos primero y segundo, han llegado muy parados al ultimo tercio de la lidia. Muy blando el tercero de la tarde, también ha blandeado el corrido como cuarto, además manso, y han resultado muy manejables quinto y sexto de la suelta. TOREROS: Enrique Ponce, silencio y silencio. David Fandila 'El Fandi', oreja con petición de la segunda y saludos. José María Manzanares, oreja y dos orejas en el que cerró plaza Incidencias: Corrida de feria con tres cuartos de entrada en una tarde de espléndida temperatura.

El matador de toros alicantino José María Manzanares, que ha cortado tres orejas y ha salido de la plaza a hombros, ha sido el triunfador de la cuarta corrida de la Feria de San Antolín de Palencia celebrada en la tarde de ayer, festejo en el que también David Fandila "El Fandi" ha conseguido un trofeo mientras que Enrique Ponce se marchó de vacío por su mala espada.

Al primer toro de la tarde, un bonito jabonero, fue un gran ejemplar que perdió la fuerza en el caballo, Enrique Ponce lo toreó con la pulcritud habitual, pero también con el poco ajuste que caracteriza su lidia, aunque el temple y la elegancia natural del diestro valenciano tapara estos defectos. Con la espada, sin embargo, el torero estuvo mal sin paliativos. Destacó la cuadrilla del diestro de Chiva en Banderillas.

En su segundo, un toro parado, Enrique Ponce consiguió a fuerza de insistir algún momento de bella estética, en una faena en la que los muletazos, que fueron pocos, se sucedieron sin hilazón de uno en uno.

El alboroto que levantó "El Fandi" con su primero tuvo su continuación en los inicios de su faena de muleta, en la que el diestro se atrevió a citar a su oponente con ambas rodillas en el suelo. Ahí se acabo todo. El resto de la labor del matador de toros de Granada fue una sucesión de molinetes, desplantes y adornos varios de difícil catalogación. Como propinó una estocada de fulminante, el público opalentino solicitó la segunda oreja, pero el presidente no la concedió.

El Fandi volvió a enardecer al respetable con las banderillas en su segundo toro. El público pidió al diestro la colocación de un cuarto par, a lo que accedió. Volvió a comenzar la faena de muleta de hinojos pero esta vez en tablas, para después continuar con un toreo muy voluntarioso, valiente y variado. En esta ocasión no acertó con la espada.

A media altura toreó José María Manzanares a su primer oponente, un toro al que si se le obligaba doblaba las manos. Así las cosas la faena de muleta no cobró altura y sólo cuando el diestro mató de un certero volapié, el público pidió la oreja que le fue concedida.

Lo mejor de la tarde vino en el último toro de la tarde, un ejemplar colorado muy feo por excesivamente bizco, que empezó blandeando pero que fue a más a lo largo de la lidia, lo que permitió a Manzanares realizar una gran faena de muleta, en la que los pases se sucedieron por ambas manos en series muy ligadas en las que el diestro alicantino derrochó temple, valor y torería. Lo cuidó mucho en el caballo y apostó por comenzar a torear en los medios de primeras. Mató Manzanares de una gran estocada en la suerte de recibir al segundo intento y se desbordó el entusiasmo.

Como anécdota hay que destacar que al ser el día de San Antolín, patrón de la ciudad y titular de la feria taurina, y por lo tanto y como novedad este año se canto el himno de la ciudad castellana durante el paseíllo por parte del público acompañados de la Banda de Música de Palencia.

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