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Esaú Fernández corta tres orejas en Ossa de Montiel

  • El diestro sevillano se convirtió en el gran triunfador del festejo celebrado en la localidad albaceteña

Esaú Fernández en la Maestranza.

Esaú Fernández en la Maestranza. / Juan Carlos Vázquez

El diestro sevillano Esaú Fernández ha cortado tres orejas y se ha convertido en el gran triunfador del festejo celebrado este sábado en Ossa de Montiel (Albacete), en el que el manchego Mario Sotos ha sumado también un apéndice, mientras que el murciano Filiberto se ha ido de vacío. Comenzó la temporada en Castilla-la Mancha, y lo hizo en Ossa de Montiel con un festejo que rozó las tres horas de duración (faltaron diez minutos para que tal ocurriera). Demasiado tiempo, si además se añade el intenso frío reinante en la localidad albaceteña durante la celebración del espectáculo.

Esaú Fernández, que este año cumple diez de alternativa, anduvo queriendo en todo momento en los dos primeros tercios, con una gran brega de Antonio Chacón. Sin embargo el cuajado toro de Buenavista que hizo primero se apagó pronto, aguantando tan sólo tres tandas con boyantía por el pitón derecho y presentando mayores complicaciones por el izquierdo. Esaú buscó el triunfo con más ímpetu que sutilezas. Mató a la primera de entera desprendida, y paseó un trofeo.

El cuarto fue un gran toro, premiado con la vuelta al ruedo. Serio, cuajado, y bravo. Persiguió la muleta por abajo, con longitud y clase, obedeciendo al trazo de la muleta manejada por Esaú Fernández. Fue un trasteo vibrante y de mando que el sevillano acertó a culminar con estocada entera arriba al segundo intento, sumando dos orejas a su balance de trofeos. La faena al segundo, obra de Filiberto, no alcanzó cotas de brillantez. El toro, que propició una desordenada lidia en el segundo tercio, tan solo tuvo alguna opción por el pitón derecho. El de Calasparra (Murcia) acabó con su antagonista decorosamente a la primera, no atendiendo el palco una leve petición.

El quinto embistió con codicia en el primer tramo de la faena de muleta, si bien se paró demasiado pronto. Aún así, el serio toro de Buenavista continuó desperdigando embestidas aisladas con profundidad por el izquierdo, bien conducidas por un Filiberto que volvió a marrar de manera flagrante con los aceros, silenciándose su labor. El tercero salió descoordinado y fue devuelto, saltando en su lugar el sexto. Se lo pensó mucho el sustituto en los primeros tercios, pero rompió a embestir con codicia en el último tercio

Después de un trasteo correcto de Mario Sotos, lo mejor llegó en tres naturales con la mano derecha que sirvieron como epílogo a la faena. El de Albacete pinchó en primera instancia y dejó un feo bajonazo al segundo intento, lo cual no impidió que a sus manos fuera una oreja sin trascendencia por absolutamente fuera de lugar. El festejo culminó con el sobrero, un toro deslucido y sin ritmo frente al que poco pudo rascar un Mario Sotos que volvió a fallar con la espada.

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