Toros

‘El cóndor limeño’ alza este domingo su vuelo en Lima

  • Andrés Roca Rey alternará en su reaparición con Enrique Ponce y Finito de Córdoba, lidiando un encierro con cuatro toros de El Olivar y dos de La Viña

Andrés Roca Rey, el pasado 3 de mayo en la plaza de toros de La Maestranza de Sevilla.

Andrés Roca Rey, el pasado 3 de mayo en la plaza de toros de La Maestranza de Sevilla. / Juan Carlos Muñoz

Por fin, después de 116 días interminables, Andrés Roca Rey reaparece este domingo tras superar un grave lesión de cervicales. Lo hará en su ciudad, Lima, en la plaza de Acho. La expectación es máxima en un país que taurina y socialmente ha revolucionado, como sucediera en su día con el colombiano César Rincón en el suyo. Roca Rey, que llega a tiempo para levantar pasiones en tierras americanas, dejó huella por su ausencia en las taquillas de numerosas ferias tras tener que cortar la temporada definitivamente en los Sanfermines.

En estos casos de cervicales cabe la intervención quirúrgica o un tratamiento conservador en la rehabilitación. Roca optó por la segunda vía, siendo tratado por el fisioterapeuta coriano José Antonio Salas. El torero hace un par de años ya sufrió un percance parecido, con una fuerte voltereta en Málaga que le dejó fuera de combate en pleno mes de agosto, perdiendo compromisos como Bilbao, donde estaba acartelado dos tardes. Reapareció en Palencia quince días más tarde volviendo a ser cogido por un toro y viajando a EEUU para sanar de dos fuertes traumatismos craneoencefálicos muy severos.

Su ausencia de varios ruedos durante parte de la campaña 2019 ha estado latente en los medios de comunicación. Como en muy pocas ocasiones, los empresarios han echado en falta a un torero que tras una voltereta terrible propinada por un toro de Mayalde el 22 de mayo en Las Ventas en el pasado San Isidro fue arrastrando una lesión que llegó a echarle del circuito en el que mandaba en taquilla y en expectación. Tras rozar los máximos trofeos en Sevilla, en Madrid, cuajó una de las faenas más rotundas de la temporada y abrió la Puerta Grande del coso de la calle de Alcalá.Las secuelas por las cervicales dañadas le hicieron perder fuerza en el hombro derecho y en la mano. Aún así mató dos corridas más en Las Ventas, viajó a su Perú, para matar otras dos en Chota, volvió a Europa y toreó en Sanlúcar de Barrameda, Alicante, Nimes, Istres y Pamplona, donde pudimos apreciar que no podía ni con el verduguillo aquel 10 de julio en el que tuvo que parar definitivamente, cancelando más de 40 contratos.

Roca Rey, con 23 años y que hace tan sólo un lustro repartía programas de mano en La Maestranza, es un torero al que esperan empresarios y aficionados, ‘un mesías’ que convoca a más gente en la taquilla, especialmente jóvenes. Porque uno de los grandes éxitos de Roca ha sido arrastrar a una legión de partidarios que son de su edad y constituyen la savia necesaria para revitalizar los envejecidos tendidos de las plazas. Todo ello gracias una tauromaquia de muchísimos quilates, con un torero basado en el valor natural, conocimientos innatos y una gran dosis de improvisación e incluso inspiración.

Para este domingo, 3 de noviembre, ya está todo listo. Roca Rey alternará con Enrique Ponce y Juan Serrano Finito de Córdoba, con cuatro toros de El Olivar y dos de La Viña. Los astados están marcados con los números 93, 46, 43, 32, 87 y 89 y han dado en báscula los siguientes pesos: 530, 576, 531, 574, 546 y 559 kilos.

‘El cóndor limeño’ volverá a levantar vuelo en su país antes de hacerlo en la próxima temporada en España, donde la afición y empresarios lo han echado de menos.

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