Entrevista a Marzenna Adamczyk

"Polonia tenía que resistir un poco y tuvo que resistir mucho"

  • La embajadora de Polonia en España brinda sus recuerdos con motivo del 75º aniversario de la victoria sobre los nazis. DMax ofrece este sábado íntegra la serie 'La Segunda Guerra Mundial en color'

La embajadora polaca en Madrid

La embajadora polaca en Madrid

La embajadora de Polonia en España se hizo popular por su aparición en La resistencia. Su desenvoltura desenfada acompaña a su sensibilidad sobre el traumático pasado de su país. Hoy, en conmemoración por el fin de la II Guerra Mundial, con el 75º aniversario de la la rendición de Alemania, Marzenna Adamczyk atiende a este periódico por mediación del canal DMax. Esta noche, a partir de las diez, ofrece íntegra la serie documental La Segunda Guerra Mundial en color, donde se narra la resistencia polaca a la invasión nazi y soviética.

–¿La Segunda Guerra Mundial podría ser el momento histórico más importante?

–Nadie sabe cuál es el acontecimiento histórico más importante para nuestras vidas, para todas las vidas de la humanidad. Podríamos empezar por el momento en el que el hombre inventó la rueda, o antes, cuando descubrió encender el fuego. Las dos cosas determinaron el curso de los acontecimientos, influyeron en nuestra manera de comer, en nuestra manera de cazar, en nuestra manera de comunicarnos. Hubo también otros acontecimientos: la caída del Imperio Romano, la caída del Imperio Bizantino o la epidemia de la peste negra. Seguramente son muchísimos hechos sin los cuales no seríamos lo que somos ni seríamos como somos ahora. Para mí, que soy una amante de la Edad Media, quizá el momento más decisivo sería precisamente la epidemia de la peste negra que nos acompañó durante siglos a los europeos.

–¿Y cuál fue el cambio más relevante con la Segunda Guerra Mundial?

–El más importante y más nocivo que trajo fue la división del mundo. El mundo ya estaba dividido entre buenos y los malos durante la propia guerra, pero después esa división entre el este y el oeste simbolizada por el telón de acero significó el atraso económico de muchos, el progreso de otros y en general una división que parecía insalvable. Hoy la estamos intentando superar, pero a mi juicio todavía no se ha producido la eliminación total de esa división y además creo que va a ser sustituida por otras. Ya lo está siendo.

–¿Qué recuerda de la Polonia sometida por la URSS?

–La memoria humana es selectiva. Recuerdas o lo bueno o lo malo, rara vez somos de recordar de manera rigurosa lo que pasó. Nos influye el tiempo, el momento personal vivido. Las circunstancias en las que se encontraba nuestra familia. Pocas veces los testimonios son tan objetivos y neutrales como para poder tratarlos como una fuente histórica.

–¿Cuál sería el testimonio de su familia sobre la guerra mundial?

–Yo siempre remito al libro recién publicado en España titulado El viaje. Es de Ida Fink, una escritora judía de origen polaco que narró su su vida durante la guerra hasta el momento de la liberación. Ella cruzó Polonia, todo el Tercer Reich para llegar a Francia, y está contado de una manera casi, diría yo, neutral. A pesar de relatar unas vivencias terribles, lo hace de una manera objetiva, de una manera que no se percibe quién es la protagonista. Siempre lo recomiendo porque es de ese tipo de testimonios que te hacen pensar que quizá pudieras reproducir su vida imagen por imagen en tu propia memoria.

Adolf Hitler en una imagen coloreada Adolf Hitler en una imagen coloreada

Adolf Hitler en una imagen coloreada / Discovery

–¿Se esperaba en Polonia una guerra como aquella?

–La intervención de 1939 era algo que se esperaba. Lo que sí sorprendió fue la soledad de Polonia porque teníamos firmados unos tratados de alianza con las grandes potencias, con Francia, con Gran Bretaña, que se suponía que nos iban a socorrer en caso de la invasión alemana.

–Era un país vulnerable.

–Necesitaba ayuda militar porque Polonia era un estado muy joven, habíamos recuperado nuestra independencia después de más de 120 años de esclavitud e inexistencia del estado polaco en los mapas. La recuperamos en 1918 y tan solo 20 años después no podíamos tener un gran ejercito, siendo un país tan pobre y sometido, reconstruido de las memorias de las generaciones anteriores. Hubiera sido prácticamente imposible aguantar las invasiones. Ni tampoco podíamos tener un ejército moderno. Se comenzó a trabajar en ello justo antes de la guerra e iba a durar hasta el año 42. Pero al final no hubo tiempo.

–¿Fue Polonia el país más perjudicado de todos?

–La tarea de Polonia era resistir un poco y al final tuvo que resistir mucho, un ejemplo para lo que estamos viviendo ahora.

Y aquí, el vídeo de aquella entrevista a la embajadora en el programa de David Broncano.

Entrevista a la embajadora de Polonia, Marzenna Adamczyk

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