TV-Comunicación

Medio siglo a la parrilla

  • Se cumplen 50 años de la primera aparición fija dedicada a la TV en los periódicos del Grupo Joly, después del estreno del emisor de Guadalcanal.

La televisión era un invento, aún, para unos privilegiados. Los que en 1961 disponían de 14.000 pesetas (unos 3.000 euros al cambio del poder adquisitivo actual) para "darse un caprichito". La televisión nos llegaba a través del emisor de Guadalcanal y el televisor quedaba así definitivamente instalado en las casas andaluzas. O por lo menos, en los bares. Había llegado el momento de informarse sobre "qué iba a echar" la tele. El 1 de noviembre de 1961, un mes después de la puesta en marcha del centro emisor de Guadalcanal, Diario de Cádiz, periódico pionero del Grupo Joly, tras 94 años de historia, publicaba su primera parrilla y su primer apartado fijo dedicado a la televisión.

La tele era sólo TVE, un solo canal y unas siete horas diarias de emisión. Lo suficiente para que fuera un acontecimiento cada día. Aún no llegaban las emisiones a Málaga, y con dificultad a Granada y Almería, pero los andaluces ya comenzaban a familiarizarse con un ocio al que actualmente dedican unas cuatro horas de media de su tiempo. Hoy, si los caprichos de la red de la TDT no lo impiden, los andaluces pueden sintonizar en abierto 27 canales nacionales y autonómicos, unas 3 ó 4 cadenas locales y, si se abonan a un servicio de pago, incluso más de 200 canales en castellano.

Hace medio siglo, la Primera, la Única, la tele sin más, tenía como estrella al abogado Perry Mason (el actor Raymond Burr), la serie del momento en 1961. Su doblaje con acento neutro hispanoamericano era similar al de todas las series norteamericanas ya que hasta diez años después las ficciones extranjeras no pasaron a doblarse en España (de ahí las peculiaridades léxicas que siempre hemos oído de Los Picapiedra, por ejemplo). Rin Tin Tin y Robin Hood eran las estrellas del horario juvenil.

Hace ya medio siglo estaba instalada la franja de sobremesa, con el Telediario a las tres de la tarde, una tradición exclusivamente de los horarios cotidianos de los españoles. El Telediario nocturno era a las nueve y media y las emisiones vespertinas, que arrancaban a las siete, se extendían hasta medianoche.

En TVE no había vídeo, por lo que todas los programas eran en el rigurosamente vigilado directo. Había ficciones infantiles, programas de formación, revistas femeninas, de cine o de poesía; concursos (Ayer noticia, hoy dinero, el primero que empezó a dar premios suculentos, gracias a sus patrocinios) y espacios de religión (católica, claro), música clásica o de música ligera, como los play backs en vivo de Escala en Hi-fi. La televisión comenzaba a cambiar la vida mundana de los andaluces.

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