Hay estafas que son como las modas. Regresan cada cierto tiempo y siempre con el mismo objetivo: obtener algo de los incautos de forma fraudulenta. Hace tres años que circuló por WhatsApp y algunas redes sociales un mensaje en el que se regalaba una nevera de Coca-Cola a quien rellenase un sencillo cuestionario online.

Lo parecía y, en efecto, era un timo. Un intento de phishing para obtener información de quien pinchase en el enlace, que, de paso, quedaba suscrito a un servicio de mensajes premium, es decir, de pago. La Policía advirtió en su momento de la estafa, que quedó pronto desactivada, aunque no trascendió cuántos afectados dejó.

En esta ocasión el objetivo es hacerse con datos personales, directamente. Algo que hoy en día tiene incluso más valor que lo que este o aquel individuo pueda conseguir enviando unos cuantos mensajes premium. El gancho vuelve a ser el mismo, la nevera de Coca-Cola, y de nuevo hay tres preguntas que se deben responder para, supuestamente, recibir el regalo que nunca llegará.

Aunque las fuerzas de seguridad insisten en que tengamos precaución con este tipo de mensajes, siempre hay más de uno que pica (de lo contrario, no existirían estos timos). A las numerosas recomendaciones de Policía y Guardia Civil se puede añadir una muy socorrida del refranero español: nadie da duros a cuatro pesetas.