El alga invasora no solo asfixia la economía de los pescadores artesanales del Estrecho, sino que cada vez más pone en peligro su seguridad. Así lo avisan los trabajadores del mar todavía con el susto en el cuerpo después de que el lunes, el Segundo Juan, barco de Gregorio Lindes, lo pasó mal para llegar al puerto de Tarifa, una auténtica odisea debido al enorme peso de la montaña de algas que terminó en sus redes, como se observa en el vídeo que ilustra esta información.

"Casi se va a pique", alerta un pescador de Tarifa sobre una embarcación que tras faenar en la ensenada de Valdevaqueros (aguas interiores pertenecientes a la Comunidad Autónoma) levó "un cargamento imposible" de alga invasora asiática Rugulopteryx okamurae.

La especie invasora "hace imposible volver a usar el arte de pesca y al levarlo y navegar con él pone en grave riesgo la seguridad de barco y de la tripulación", explica Antonio Vegara, profesor de Cultura Emprendedora, responsable de Algas Marinas del Estrecho en el SEPER de Tarifa e integrante de la Mesa Ciudadana contra el Alga Invasora de Tarifa.

La expansión de esta especie, seis años después de que fuera detectada por primera vez en el Estrecho, es abrumadora. Y está acabando con la pesca artesanal de la zona, “el último reducto de pesca sostenible de calidad donde poder establecer una relación amiga con la mar”, afirma Vegara, que apostilla: “Pero si se les ahoga en algas, impuestos, cuotas no repartidas y limitaciones sin valorar su realidad objetiva, sus necesidades, está abocada a desaparecer. Incluso aquellos arrojados que durante un tiempo se dediquen a lo furtivo”.

Los pescadores consideran urgente que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ceda una cuota extraordinaria y sostenible de atún rojo sedentario del Estrecho a los barcos de pesca artesanal perjudicados para que no interactúen con los enormes ríos submarinos de algas acumuladas en los fondos, mientras se pone en ejecución un Plan de Actuación que los devuelva a su estado natural.

La Rugulopteryx okamurae arruina el ecosistema marino y supone un duro golpe para las playas y, por tanto, para el turismo, además de suponer un gasto extraordinario para los ayuntamientos y la propia Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, que invierten miles de euros en su retirada.

A finales de agosto, la Mesa Ciudadana sobre el Alga Invasora, que cumple dos años de su constitución en Tarifa, lamentó la falta de acción de las administraciones y criticó que la situación sigue sin control a pesar de que fue declarada Especie Exótica Invasora el 1 de diciembre 2020 por parte del Ministerio de Transición y el Reto Demográfico.