Vecinos de Betis y Betijuelo se rebelan contra el proyecto de un coto de caza en Tarifa
Las asociaciones de ambas pedanías denuncian que la iniciativa se ha impulsado sin informar a la población y alertan de los riesgos para residentes, animales y actividades turísticas en la zona
La Junta frena temporalmente la creación de un nuevo coto de caza en Tarifa por errores en la solicitud presentada por el promotor
Los vecinos de Betis y Betijuelo, dos pequeñas pedanías del municipio de Tarifa, han levantado la voz contra el proyecto de creación de un coto de caza en los montes de Betis y su entorno, cerca de las playas de Punta Paloma y Bolonia. La oposición vecinal es casi unánime: solo dos residentes apoyan la iniciativa, y resultan ser precisamente los promotores que han presentado la solicitud.
La Asociación de Vecinos de Betis, presidida por Sandra Jiménez, y la Asociación de Vecinos de Sierra de San Bartolomé de Betijuelo, que encabeza Eugenio Iglesias, han remitido un escrito a la Delegación Territorial de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Cádiz para frenar la aprobación. En el documento, al que ha tenido acceso Europa Sur, ambas entidades explican que la propuesta ha sorprendido a la población, ya que nunca fue comunicada a los vecinos ni a las directivas de las asociaciones.
“Nos enteramos por un WhatsApp”
“Nosotros nos enteramos de casualidad, porque un vecino lo puso en el grupo de WhatsApp. Nadie nos había informado”, explica Jiménez. Según relata, el primer intento de implantar un coto en Betis se remonta a 2003, pero fracasó. “Llevan años intentándolo, negociando incluso con el coto vecino de El Chaparral para ampliar sus límites hacia aquí”, asegura.
La presidenta vecinal critica que el proceso se ha llevado a cabo “a espaldas de los vecinos” y que el Ayuntamiento de Tarifa ha cedido terrenos públicos sin explicar con detalle el expediente. “Nos decían que daba igual lo que opináramos, que si la Junta lo aprobaba se haría el coto igualmente. Pero los vecinos no vamos a quedarnos de brazos cruzados”, añade.
“Una excusa para disparar”
Las asociaciones vecinales han expuesto distintos motivos que sustentan su rechazo al proyecto en la montaña que separa Tarifa de Bolonia. El primero es el riesgo para la población, ya que el monte de Betis está salpicado de viviendas dispersas y resulta complicado garantizar la seguridad de los residentes en un entorno donde podrían escucharse disparos de manera habitual. La convivencia entre la vida cotidiana y la actividad cinegética, subrayan, sería prácticamente imposible.
“¿Cómo se va a permitir disparar en un entorno donde cada día se mueven familias, deportistas y turistas?”, se preguntan los vecinos.
También destacan el impacto que tendría en las actividades turísticas y deportivas. Betis se ha consolidado como un enclave singular para el turismo de naturaleza: cada día lo recorren ciclistas, senderistas y grupos de visitantes a caballo, y sus riscos atraen a escaladores de toda Europa, que lo consideran uno de los mejores lugares de España para la práctica de este deporte. La simple presencia de cazadores armados, con la consiguiente posibilidad de disparos, supondría —afirman— una amenaza directa para este modelo de uso del territorio que combina naturaleza y economía local.
Otro de los argumentos es el daño que se provocaría a la fauna y al ganado. Los disparos no solo perturbarían a los animales domésticos, sino que pondrían en riesgo a especies protegidas como el alimoche, presente en los riscos de la zona. Los vecinos temen que caballos y cabras se desboquen al escuchar los tiros, lo que podría desencadenar accidentes tanto para los animales como para las personas que conviven con ellos.
Los promotores sostienen que el coto es necesario para controlar la sobrepoblación de jabalíes. Sin embargo, los vecinos consideran que esa justificación es “una excusa”, y que existen métodos alternativos como las jaulas trampa.
Por último, rechazan el argumento del jabalí, que los promotores han esgrimido como principal justificación. Si bien admiten que la especie puede causar problemas, sostienen que existen métodos alternativos y eficaces, como las jaulas trampa, sin necesidad de transformar el monte en un coto de caza. En su opinión, apelar al control de los jabalíes es una “excusa perfecta” para legitimar la actividad cinegética en un espacio que hasta ahora se había mantenido como refugio natural.
Jiménez insiste en que el pretexto del jabalí no convence a nadie: “Es la excusa perfecta. Dicen que es para controlar la especie, pero sabemos que lo que quieren es tener un coto para cazar a su antojo. En El Chaparral también había jabalíes, y al final acaban refugiándose en Betis porque aquí no los matan”.
La presidenta añade que, si el coto llega a aprobarse, “los disparos se escucharán en las casas, en las rutas de caballos, en las zonas de paseo”. “Es una locura. Esta es una zona muy tranquila y no queremos que se convierta en un campo de tiros”, subraya.
Próximos pasos
Las asociaciones de Betis y Betijuelo han presentado alegaciones formales y anuncian que seguirán movilizándose para impedir la aprobación. “Nos quieren quitar la única zona que queda en Tarifa que no es coto de caza. Ya bastante tenemos con los que nos rodean. ¿Es necesario que todo el término municipal sea terreno cinegético?”, plantean en su escrito.
El expediente está ya en manos del Ayuntamiento de Tarifa y a la espera de la resolución de la Junta de Andalucía, que tendrá la última palabra. Mientras tanto, los vecinos insisten en que no se trata de un enfrentamiento aislado, sino de la defensa de un espacio que combina naturaleza, vida vecinal y turismo. “Queremos que Betis siga siendo lo que es: un lugar de paz, no de disparos”, concluye Jiménez.
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