Antonio Sanz ha vuelto a ejercer este martes de portavoz del Gobierno andaluz. En funciones, pero permanente, lo que acerca cada día la posibilidad de que Juanma Moreno termine por nombrar a su consejero de Presidencia nuevo portavoz. Ésta es una pregunta que se le ha hecho a Antonio Sanz en todas las ruedas de prensa posteriores a los Consejos de Gobierno, ya que siempre ha sido quien ha ejercido de vocero de los acuerdos. Y la respuesta también ha sido la misma en todas las ocasiones: eso no depende de él, sino del presidente de la Junta.

El Gobierno andaluz ha nombrado a casi todos los altos cargos que forman la estructura central y provinciales de la Junta. Son casi 280 personas, pero aún queda por designar al portavoz del Ejecutivo, un cargo incluido en la Consejería de Presidencia y que elegirá Juanma Moreno. Mientras esto no ocurre, es Antonio Sanz quien ejerce, ya que es el primero en el orden de prelación de los consejeros.

Antonio Sanz fue secretario general del PP de Andalucía entre los años 1999 y 2004, y de 2012 a 2018 ejerció de delegado del Gobierno de Mariano Rajoy en Andalucía. Se trata de un dirigente con una amplia experiencia, aunque la idea original del presidente era la de no repetir el esquema de su anterior Ejecutivo, cuando Elías Bendodo ejerció de consejero de Presidencia y de portavoz.

Moreno ha contemplado dos opciones: elegir una persona ajena al PP, un independiente -un periodista o un comunicador- que sea la cara de su nuevo Gobierno, o uno de sus consejeros. En la anterior legislatura, Elías Bendodo jugó el papel de ser el atizador del Gobierno central, mientras que Juanma Moreno presentaba una cara dialogante con el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Antonio Sanz se ha caracterizado durante estas semanas por marcar un perfil institucional, lejos de la confrontación que abonaba Bendodo y la que él mismo ejercía cuando era el número dos del PP andaluz de Javier Arenas.

La designación del portavoz contiene una clave sobre el equilibrio de poderes dentro del Gobierno andaluz. El anterior Ejecutivo tuvo dos figuras que se compensaban entre sí, las de Elías Bendodo y Juan Marín (Ciudadanos), sin que ello afectase al liderazgo del presidente. En esta ocasión, Juanma Moreno podría optar por una jerarquía más lineal, donde casi todo el poder estuviese concentrado en su Consejería de Presidencia, de la que Sanz es titular.