Economía

Manuel Luna, presidente de Fedeco: "Cuando un comercio se cierra, perdemos una forma de vida y la idiosincrasia de una ciudad"

Manuel Luna, presidente de Fedeco, posa en las calles del centro comercial abierto de Cádiz.

Manuel Luna, presidente de Fedeco, posa en las calles del centro comercial abierto de Cádiz. / Lourdes de Vicente

El presidente de la Federación Provincial de Comercio de la provincia de Cádiz (Fedeco), Manuel Luna, hace balance de su andadura al frente de la patronal y habla de los retos futuros, pero muy presentes y reales, que afronta el sector.

-¿Qué balance hace del trabajo al frente de la Federación?

-Ha sido un periodo complicado, en el que ha habido de todo, pre pandemia, pandemia, pos pandemia, temas de cierres, el tema de los créditos ICO, un cambio político en la Junta de Andalucía, modificaciones en los planes de comercio. Ha sido un tiempo convulso, pero estoy satisfecho porque puedo comparar la provincia de Cádiz con el resto de provincias andaluzas. Porque además pertenezco a la Confederación de Comercio y al consejo de comercio de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Allí nos reunimos todos los presidentes provinciales, debatimos, vemos, consultamos, contrarrestamos opiniones, comprobamos qué ocurre en cada provincia. Y en la provincia de Cádiz, estoy muy orgulloso, hemos conseguido consensuar, unirnos, ser una piña, tener medios de comunicación interna entre todas las asociaciones y centros comerciales abiertos, que todos pertenecen a la federación. Eso ha hecho que la voz de Cádiz sea una voz potente, unificada, única, lo que es un logro de todos. Es complicado con las particularidades de esta provincia. No es lo mismo la Sierra, que el Campo de Gibraltar, que la zona de la Janda o la Bahía. Se han tratado todas las inquietudes, se han debatido y se ha transmitido una sola voz, a pesar de haber presidentes y técnicos, como los gerentes. Somos un órgano de gestión que luego transmite las conclusiones a órganos superiores, o bien locales (como ayuntamientos) o a la Junta de Andalucía para mostrar nuestra posición sobre las modificaciones de la ley de comercio u otros asuntos que se tengan entre manos. Es un honor haber presidido la federación y que esta unión haya sido posible, pero ha sido por ellos, que han permitido que seamos un grupo compacto.

-¿Qué retos tienen ahora?

-Queremos que la voz del comercio en Andalucía sea homogénea porque tenemos que estar en todos los foros donde se hable del sector. Somos empresas pequeñas, pero somos muchas, y debemos estar y participar en todos esos foros. Habrá cosas que podamos debatir, otras que consigamos puntualizar o cambiar y otras que no se pueda lograr todo lo que queremos, pero no se podrá influir si no estamos presente y nos implicamos. Lo que se pretende tener es que exista una confederación de comercio en Andalucía unida, y que sea parte de los órganos reglados. Siempre defiendo que la patronal del comercio debe estar dentro de las confederaciones de empresarios, como la hostelería, como la construcción, como el metal. El comercio debe ser oído, escuchado, dentro de los foros importantes para luchar por nuestro sector, uno de los más castigados no solo por la pandemia, porque nos cogió de lleno, sino por lo que nos afecta la aplicación de las nuevas tecnologías, la digitalización o la inteligencia artificial que también estará sobre la mesa. El pequeño comercio es complicado que pueda modificar su estructura a la velocidad de todos esos cambios, aunque tenemos capacidad. Por eso hay que defender al comercio de cercanía, al comercio de los centros de las ciudades, para que no se mueran, estén activos. Por eso apostamos por que las grandes franquicias sigan apostando por los centros, para que sean locomotoras para que la actividad comercial siga fluyendo, que sigan creyendo a pies juntillas que dan vida a los centros. Que el comercio da vida al centro de la ciudad, y que estos son la parte más atractiva de una ciudad. El turismo ve la parte monumental y la parte comercial. Cada sitio tiene su artesano, su tipo de comercio particular y especial, eso es lo que defendemos. Cada lugar tiene su peculiaridad en cuanto al comercio, algo que nos hace distintos. El pequeño comercio ofrece el contacto directo, informa, aconseja, que es algo que se demanda. La curva de crecimiento de la venta online está ahí, pero los estudios han detectado que las personas siguen demandando el comercio físico, el contacto con el comerciante. Nosotros trabajamos para modernizar estos negocios, para que sean capaces de estar en la nube y ofrecer sus productos online, pero también siga en primera línea para el contacto directo.

-¿Cuál es la radiografía que hace de los centros comerciales abiertos? 

-Es importante que haya una conjunción entre las grandes franquicias que lideran sobre todo el textil y el comercio tradicional, al que ayudan a fluir. Son una atracción del público local y foráneo. Pasaba con El Corte Inglés, que cuando se ponían en un sitio revitalizaban el entorno, con otro tipo de oferta. Eso queremos que siga en los centros de las ciudades porque dinamiza mucho más.

-¿El precio de los alquileres influye en la situación que se vive en algunos centros de ciudades?

-Hubo una época de ventas grandes que permitía que un negocio pudiera sostener un alquiler determinado, pero el mercado lo regula cuando las circunstancias no son las mismas. Eso hace que el entorno de las calles principales se haya llenado, porque el alquiler es más económico. Las principales no tendrán más remedio que bajar las rentas. Lo que sí creo es que las administraciones deben ayudar de alguna forma a que esos locales en las calles principales no estén vacíos porque la imagen es deplorable. Deben procurar trabajar para que esos locales estén el menor tiempo posible cerrados, con algún acuerdo de bonificación para que no estén vacíos. Porque, insisto, la imagen de un local abierto y dos cerrados no atrae. Todo debe estar lleno.

-Siempre se habla del tema de los aparcamientos, pero la tendencia es evitar que los vehículos se acerquen a los centros, es lo normal en las ciudades europeas desde hace años.

-Los aparcamientos son necesarios. En otros formatos comerciales lo primero que hacen es llenar de un montón de plazas de aparcamiento los alrededores. Nosotros ofrecemos otros atractivos, con cada ciudad con un comercio y una atención distinta, que es lo bueno que tiene la provincia, pero hay que estudiar que la persona pueda llegar con el coche lo más cerca posible o que haya lanzaderas desde bolsas de estacionamiento a los centros. Cada ciudad es un mundo, y se debe estudiar. Esto es una asignatura pendiente que afecta a los centros comerciales abiertos.

-Se está viendo en muchas localidades el cierre de tiendas clásicas por jubilación, ¿falta relevo generacional?

-Sí, la verdad es que sí, y se debe cuidar más. La manera de luchar es dar incentivos, ayudar, al pequeño comercio. Hay planes de comercio, ahora se prepara el séptimo, y el sexto ha sido un caos a la hora de tramitarse, de las ayudas. Intentamos que haya ayudas directas para transformar los locales porque el mercado ha cambiado: ayudas para adaptarlos internamente, para que se pongan al día con la digitalización, con la venta online. Eso es la nueva generación la que debe liderar ese cambio tan radical, que nos viene dado con toda la cuestión tecnológica. ¿Qué ocurre? Que el cambio es tan fuerte que los volúmenes de venta no llegan para sostener la actividad. Por eso hay que ayudar para que el relevo generacional se dé porque crea en lo que se está haciendo, en el comercio tradicional. Hay que ayudarles, hay que formarles para que sigan adelante, para que ese comercio no se pierda. En pandemia vimos lo que eran las calles con comercios cerrados, era una calle muerta. Si al comercio no lo mimamos, si no lo cuidamos, si no le damos incentivos, si no lo ayudamos desaparece y la calle se queda desierta, que no es atractiva para nada ni para nadie. Ellos deben aportar valor añadido. Es importante que las nuevas generaciones sigan con esta trayectoria, que sigan con la tradición, como en el textil que haya segundas y terceras generaciones. Vamos a ayudar para que no llegue el comerciante a la jubilación y diga que mis hijos están con otras cosas y no va a seguir. Debemos buscar la forma de que continúe siga siendo el modus vivendi, el modo de vida, de mi hijo. Estamos perdiendo algo más que un comercio cuando se cierra, estamos perdiendo una forma de vida, la idiosincrasia que tiene esa ciudad. El comercio tradicional da una forma de atender y una imagen particular. 

-¿Por qué la apuesta que hay con los centros comerciales? Ahí está Inditex marchándose o ampliando en estas superficies.

-Son otras formas de ver la situación. La digitalización ha llegado y su propuesta es estar en grandes centros comerciales, porque tienen una gran venta online. Pasó igual con los supermercados. Se fueron al extrarradio y crearon grandes centros de distribución de alimentación. Pero se han dado cuenta que eso no está funcionando, y la tendencia es volver a los centros de las ciudades, a los barrios, con otros formatos intermedios. Creo que eso va a pasar con las grandes marcas que se han marchado de los centros de las ciudades. Porque los estudios muestran que a los consumidores les gusta estar presente, tocar, probar, somos mediterráneos. Además de la compra online nos gusta ir al sitio, nos gusta que nos digan, que nos aconsejen. Eso no se va a perder. Habrá un momento que las grandes volverán y vuelva a haber una fusión entre el pequeño y el grande para dinamizar las ciudades. Porque mientras tantos pierden ellos y pierden las ciudades. 

-¿Cómo se combate el comercio online de las grandes plataformas? Hablaba de que el comercio pequeño esté en la nube.

-Los planes de comercio, como digo vamos por el séptimo, contempla el tema de la digitalización y la venta por internet. Las asociaciones y los centros comerciales abiertos estamos desarrollando precisamente ahora esa asignatura. La venta online está, y no se va a ir, seguirá ahí desarrollándose, así que es un tren en el que te subes o lo pierdes. No se va a parar para que tengas una oportunidad de subirte en el futuro. Hace poco Cádiz ha presentado un plan estratégico con la Universidad de Cádiz (UCA). Eso es lo que hay que hacer: tener un estudio pormenorizado de cada una de las ciudades y ayudar a que el pequeño comercio se suba a esos nuevos formatos de venta. No se trata de dejar una forma de venta y apostar por la otra, sino de fusionar la forma directa en el propio establecimiento con la venta online, que puede ayudar a que el volumen de negocio aumente. El comercio pasa de un horario determinado a generar 24 horas, los siete días de la semana, todo el año. El pequeño puede beneficiarse. En eso estamos. Hay plataformas ya en marcha: Cádiz, Jerez, Algeciras, San Fernando, con aplicaciones, con las promociones, con la venta de la imagen del comercio de cada sitio.

-De las consecuencias de la pandemia a las consecuencias de la inflación.

-Lo ha definido: hemos pasado de la pandemia a, cuando empezábamos a recuperarnos, una inflación tremenda con una subida de costes de luz que hace que muchos comerciantes estén agobiados. Lo han pasado fatal con facturas de luz elevadas, con la devolución de los créditos ICO que ayudaron a pasar los periodos de parón de actividad por la pandemia, sin que los volúmenes de venta hayan subido lo que era necesario. Andamos como podemos para seguir adelante. Los planes de comercio de la Junta y las administraciones locales nos ayudan, pero necesitamos ir de la mano porque deben cubrir lo que realmente necesitamos y seguir adelante con las propuesta de dinamización de los centros comerciales abiertos.

-Vuelve a hablar de los centros comerciales abiertos, ya advirtió de la complejidad del sistema. ¿Sigue igual?

-Nos han convertido en áreas determinadas de comercio en puntos concretos de los municipios, en centros comerciales abiertos, con una directrices, de unas 40 o 50 puntos que debemos cumplir. La consideración se renueva cada cuatro años si cumples esos puntos, pero si no te la quitan y hay que volver a solicitarlo. La idea que tenían era que todos fuéramos de forma homogénea, en una misma dirección, para desarrollar proyectos. Pero los miembros de las entidades tienen su trabajo, su comercio, y no puedes estar centrado en eso, por lo que necesitas una administración, en este caso una gerencia, una persona formada y capacitada para realizar esa función. Eso tiene un coste y pedíamos que nos ayudaran a llevar ese coste. Con el cambio autonómico se cambió el formato y seguimos tratando de recuperar que esa ayuda no se pierda, porque su trabajo es imprescindible para que los centros comerciales abiertos y las asociaciones sigan para adelante. Las fórmulas que teníamos que aplicar para ver el tipo de porcentajes de ayuda que recibirías en función del tipo de actuación que hagas te vuelven loco. Queremos que sea algo más sencillo, que sea una ayuda real, sin que esa interfiera en la fiscalización que ellos puedan hacer. Las gerencias son el corazón que hace latir a los centros comerciales abiertos, porque sin ellas sería prácticamente imposible.

-¿Es una de las cuestiones que plantean para que se recoge en el séptimo plan de comercio de la Junta?

-El séptimo plan de comercio, que aún no ha entrado en vigencia, es con el que estamos luchando para cambiar este tema entre otros asuntos. Deben escuchar a la otra parte, entender que hay cuestiones que recogen que no sirven. Debe haber un consenso. Por eso es importante la Federación, porque es la transmite esos matices a la Administración autonómica. Estoy encantando con Cádiz, hay gente con mucha valía al frente de los centros comerciales abiertos, y además estamos unidos. Hay comunicación constante y si alguna gerencia pregunta y solicita información sobre algún tema, hay otra que responde y atiende esa petición. Esa unión no ocurre en otros sitios. Estoy satisfecho por la sinergia que se ha creado entre poblaciones.

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