José Carlos Fernández Presidente de la academia de San Romualdo

"La Isla debe sacudirse de tanta nostalgia"

  • La celebración del 250 aniversario, protagonizada casi en exclusiva por la Academia, entra en su recta final

San Fernando, junto a Cádiz y Jerez, son las únicas localidades de la provincia que cuentan con Academias que velan por la difusión del conocimiento referente a las artes, la cultura y la ciencia. A lo largo de este año, la de San Romualdo ha elaborado un plan de actividades para conmemorar el 250 aniversario de la villa de la Real Isla de León y de la constitución de su primer Ayuntamiento.

-A partir de octubre comienza la última tanda de actividades programadas para este 250 aniversario. ¿Qué balance puede hacerse de las actividades que se han llevado a cabo hasta la fecha?

-La cosa ha ido sorprendentemente bien. Teníamos una idea de la respuesta que podíamos conseguir de la ciudadanía pero no pensábamos que tendría tanto alcance. Es más, quiero pedir disculpas a todas aquellas personas que no han podido entrar a algunos actos, sobre todo los realizados en el Teatro de las Cortes, porque el aforo estaba completo. Nunca sospechamos que podía llegar a tanto. Queda el último trimestre del año y esperamos que siga con esta afluencia. Sin duda es algo que anima, ver que tienes el calor y el apoyo de las personas interesadas en la cultura.

-¿Y cómo se consigue llenar todo un año con actividades sin que el público decaiga?

-Son actos diversos, con una programación tan heterogénea, así que hay actividades para todos los gustos. Si diéramos lo mismo, quizás al mes o a los dos meses la gente se aburriría. La Academia tiene tres ramas -Ciencias, Letras y Arte- y con eso hemos jugado. Hemos contado con conciertos y actuaciones en el Teatro o conferencias brillantísimas. Además hemos descubierto aspectos históricos de La Isla que hasta ahora han estado confusos e incluso equivocados.

-¿A qué se refiere?

-Por ejemplo, a la relación de dependencia de La Isla con respecto a Cádiz. La Isla era un señorío y luego pasó a la Corona y tuvo relación con el gobernador que había en Cádiz. Pero esa relación hasta ahora se entendía que era directa, como si esto fuese una especie de prolongación del Ayuntamiento de Cádiz. Y no era exactamente así.

-¿Y se va a hacer algo con esta información referente al 250 aniversario?

-Lo bueno es eso, que no se va a quedar en el aire. Se está plasmando en un libro que saldrá a principios de año donde se recogen todas las actividades, la totalidad de las conferencias, comunicaciones que personas que sin tener a cargo una ponencia en la programación se han ofrecido a escribir y también las vamos a publicar... Ahora mismo se encuentra en fase de maquetación. Queremos que quede algo tangible, que va a reflejar todo y que va a servir como documento de consulta para el futuro para todos los ciudadanos. Nuestra meta es buscar la financiación necesaria para que, de ponerse a la venta, tenga un precio meramente simbólico.

-¿Cómo se elabora un plan de actividades como el que ha supuesto esta efemérides?

-Comenzamos a planificarlo dos años y medio antes. Si esa antelación hubiese sido imposible porque ha habido que coordinar muchas actividades, entidades, personas e instituciones... Y todo eso no se puede hacer ni siquiera en un año. Entre otras cosas también porque los recursos que tiene la Academia son limitadísimos y tenemos que ir pidiendo la colaboración altruista de la mayoría de los participantes. Afortunadamente, todo han sido facilidades, tengo que mostrar mi gratitud y la de la Academia porque nadie nos ha dicho que no a nada. Creo que eso se debe a que el proyecto resultaba ilusionante, no sólo para nosotros sino para los que nos escuchaban.

-Han pasado 250 años de la constitución del primer Ayuntamiento pero qué cree que nos depara el futuro a los isleños.

-Pues creo que La Isla se debe sacudir de tanta nostalgia, que está muy bien que el pasado se tenga presente pero lo que demandan los tiempos es pensar en el futuro de esta ciudad, que si siempre lo ha tenido complicado. Ahora puede tener la oportunidad de comenzar a enmendarse desde el aspecto cultural, turístico e industrial.

-¿Y cómo puede empezar a enmendarse?

-El futuro pasa por una serie de actividades que se complementan. La época del monopolio se terminó y jamás va a volver. La Marina ha hecho ahora una grandísima aportación que es el Museo Naval. Cuando estén los tres museos a pleno rendimiento, es decir, el Naval, el Museo de Camarón y el museode la ciudad en el Castillo de San Romualdo va a ser un arranque cultural y turístico en el que en apenas 300 metros estará todo. Ahí hay una industria. Yo tengo esperanzas y más viendo que las personas se están moviendo. En La Isla hay muchos viejos, pero viejos de 40 años, viejos de mentalidad. Es necesario pensar de otra manera, adaptarse a los tiempos. El pasado estuvo bien pero ya se fue. La Isla tiene que empezar a ofrecer atractivos porque de lo contrario se morirá de inanición.

-La Academia ha comenzado ya a preparar las actividades del próximo año...

-Ya está casi planificada la programación. Nos gusta actuar con mucho tiempo, improvisar lo necesario. No abarcará tantas actividades como este año pero no vamos a perder de vista que es el 300 aniversario del Arsenal de La Carraca, que va a estar muy presente. Llevar a cabo esta planificación a la vez que se desarrollan las 32 actividades que componen el calendario de este año ha supuesto para los académicos un gran esfuerzo... Los académicos le tenemos mucho cariño a la Academia pero más cariño le tenemos a San Fernando. Todos los que estamos allí lo que hacemos es desvivirnos por la ciudad. Todo lo que hacemos es por la ciudad, para la ciudad y para aquellos que vengan y se acerquen a nuestras actividades.

-¿Y qué recompensa hay para todo ese esfuerzo?

-El organizar un acto y que sólo se llenen un par de filas es desmoralizador pero es algo que nunca nos ha ocurrido. No hay mayor alegría que tener que trasladar una actividad al salón grande del Centro de Congresos y aun así que haya personas que tengan que sentarse en los escalones del pasillo. Esa es una muestra clara y evidente de la respuesta que tiene la Academia. Ese calor del público es sin duda el combustible que hace que la Academia funcione y gestione cosas. Nuestro mundo es la cultura y a eso nos dedicamos y sabemos hacer.

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