Sociedad

La primera 'niña probeta' cumple 25 años

  • Victoria Anna fue el primer bebé nacido en España por fecundación 'in vitro', gracias al trabajo de una quincena de especialistas.

Victoria Anna, la primera niña probeta nacida en España en el Instituto Universitario Dexeus cumple el próximo domingo 25 años, un hecho que lleva con normalidad en su vida diaria aunque reconoce: "en días como hoy veo que represento lo que fue en su día un avance de la ciencia".

En una rueda de prensa con motivo de este aniversario, Victoria Anna asegura sentirse orgullosa de representar algo así, y comenta que es partidaria de las técnicas de fecundación in vitro, ya que sin ellas no estaría aquí, y más "cuando en estos momentos es algo normal y casi todo el mundo conoce a alguna persona que ha recurrido a ellas".

El director del Departamento de Obstetricia, Ginecología y Reproducción del centro, Pedro N. Barri, y la directora de I+D del Servicio de Medicina de la Reproducción, Anna Veiga, que hicieron posible su nacimiento en 1984, le han acompañado y han explicado que más de 8.000 niños han nacido en este hospital mediante estas técnicas.

En todo el mundo hay unos 5 millones y en España se estima que el 3% de los nacimientos se deben a estas técnicas de reproducción asistidas aunque no se sabe cuántos por falta de un registro.

Según Barri, España es actualmente el tercer país en Europa con más tratamientos de fertilidad, según el registro de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), sólo por detrás de Francia y de Alemania. En 2006, según los últimos datos, se hicieron 50.299 tratamientos de fecundación in vitro (FIV) y 29.766 de inseminación artificial.

Ha recordado que en estos 25 años ha cambiado mucho el perfil de la mujer que demanda un tratamiento y que se ha pasado de una persona joven, con problemas de fertilidad y esterilidad, casada o con pareja, a mujeres de casi 37 años de media que han retrasado la maternidad y buscan un hijo, aunque más de la cuarta parte supera los 40 años.

España es actualmente, según Barri, el país en el que las mujeres retrasan más la maternidad, y muchas deciden hacerlo cuando su reloj biológico ya se ha parado, lo que les lleva a estos tratamientos.

Ha recordado que hace 25 años las tasas de embarazo tras una FIV en el Instituto Dexeus estaban entre el 15 y el 20% y que ahora se sitúan entre un 35 y un 40%, según la edad de la mujer, una tasa mayor a la de la media europea, que es del 30%.

Pedro Barri ha puntualizado que estas cifras de embarazo son superiores a las del rendimiento reproductivo natural del humano, que se sitúa en torno al 20%, la especie con menor capacidad para perpetuarse.

Los retos están ahora en seguir apostando por protocolos de medicación menos agresivos que mantengan las tasas de éxito y que sean más cómodos para la paciente, y promover la preservación de la fertilidad en pacientes oncológicas jóvenes y en mujeres que decidan hacerlo por su situación personal.

Anna Veiga, que desde 2005 es directora del Banco de Líneas Celulares del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB), y que acaba de ser nombrada presidenta de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE), ha explicado que la preservación de la fertilidad se puede hacer en ambos sexos por indicación médica (cáncer u otra enfermedad) o por motivos sociales, congelando tejido testicular y ovárico, ovocitos, espermatozoides o embriones.

Al referirse a los motivos sociales ha dicho que le gustaría que las mujeres tengan los hijos en el momento adecuado porque el paso del tiempo en la fertilidad no se puede evitar. Ahora, han explicado, se tratan mujeres de hasta con 50 años.

En el centro Dexeus, en el año 2000, la tasa de embarazos con un solo feto era de 57,5%, de gemelares el 37,8%, y de trillizos el 4,8%, cifras que en 2008 han bajado al 20,1% en el caso de gemelos y al 1,8% en el caso de trillizos. El porcentaje de embarazos con un único feto fue del 78,1%.

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