catástrofe nuclear Reconocimiento a quienes evitaron que subiera el número de víctimas

Los 'héroes de Fukushima'

  • Dos policías, dos militares y un bombero japonés recibirán hoy el Príncipe de Asturias de la Concordia en nombre de todos los que arriesgaron sus vidas

Un largo aplauso de los diputados del Parlamento regional sirvió ayer como homenaje de la sociedad asturiana a cinco de los héroes de Fukushima que recibirán hoy el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia por su entrega en la lucha contra el enemigo invisible de la radiación nuclear.

Los dos policías, dos militares y un bombero que han acudido a Oviedo en representación de todos los que trabajaron en la central nuclear japonesa para combatir los efectos provocados por el tsunami que asoló el noreste de Japón el pasado 11 de marzo recibieron ayer el reconocimiento de la Junta General del Principado.

Para su presidente, Fernando Goñi, el reconocimiento de la labor de este colectivo en la sede de la soberanía popular "contiene un profundo significado de conciencia ciudadana" dado que su actuación en la catástrofe de Fukushima es un ejemplo para la sociedad.

Goñi, acompañado de miembros del Gobierno regional y de otras autoridades civiles y militares, recordó el carácter de "héroes de carne y hueso" de un grupo de personas frente al habitual imaginario colectivo de "héroes de película que saltan entre el fuego o libran encarnizadas peleas contra malhechores".

A su juicio, los bomberos, policías y empleados de la empresa operadora de la central de Fukushima "lucharon contra un enemigo invisible pero mortal ofreciendo su vida, con entereza y pundonor, para salvar la de los demás" y se convirtieron en protagonistas de una historia "épica" y digna de contar a las generaciones posteriores "como ejemplo de sacrificio, entrega y pundonor".

Será el primer viaje al extranjero para el superintendente Masami Watanabe, de 57 años, que en el momento del devastador terremoto del 11 de marzo estaba al frente de la Policía del pequeño pueblo Futaba, situado a espaldas de la peligrosa central nuclear.

Bajo la alerta del tsunami y la alarma nuclear posterior, Watanabe y sus 93 oficiales recorrieron las calles para evacuar a los 73.000 habitantes de la zona, en una operación que se prolongó cinco días hasta que todos los residentes estuvieron a 40 kilómetros de la planta atómica. En medio de la confusión, sin luz, agua, ni teléfono y con muchas carreteras cortadas por la sacudida el terremoto y el tsunami, Watanabe fue uno de los artífices de la evacuación del hospital de Futaba, a cuatro kilómetros de la central.

Con la amenaza de la creciente radiactividad, él y sus hombres sacaron de allí a cientos de enfermos en interminables viajes en coches patrulla que, explica a Efe, "no estaban habilitados para transportar pacientes", por carreteras destrozadas y con la dificultad añadida de la escasez de gasolina. Con tristeza, Watanabe recuerda que tres de sus hombres murieron arrastrados por la gran masa de agua del tsunami mientras trataban de evacuar a la población. "Cuando vuelva de España visitaré a sus familiares para explicarles que he recogido el premio como representante de todos los policías", asegura.

También está en Oviedo Yoshitsugu Oigawa, de 56 años, superintendente de la Policía de Tokio y miembro del primer equipo que vertió agua en la inestable piscina del reactor 3 para bajar su temperatura.

Durante la crisis jugaron también un papel fundamental las Fuerzas de Auto Defensa (Ejército) de Japón, que llegaron a desplegar hasta 107.000 miembros en un solo día para atender a las víctimas del terremoto y el tsunami, que dejaron 15.824 muertos y 3.847 desaparecidos. Del Ejército ha viajado a Oviedo Kenji Kato, de 39 años y jefe del grupo de helicópteros encargado de verter agua sobre la central, y el coronel Shinki Iwakuma, de 50 años y miembro del equipo de operaciones especiales que en la mañana del 13 de marzo sufrió la explosión de la unidad 3 de Fukushima.

De aquellos días de marzo quedarán también las impresionantes imágenes emitidas por las televisiones de todo el mundo que mostraban a los bomberos de Tokio echando agua en la inestable central. En la ceremonia de Oviedo estará asimismo uno de los responsables de aquellas operaciones, Toyohiko Tomioka. "Todos los trabajadores estaban muy motivados. Yo solo traté de dar información precisa y mantener la serenidad para que creyeran en mí", explica este capitán de bomberos de 48 años.

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