Causa criminal

Muere el bebé que desapareció junto a su abuelo en Huelva

Familiares del menor grave en el Virgen del Rocío tras desaparecer con su abuelo, ya fallecido, en Manzanilla (Huelva).

Familiares del menor grave en el Virgen del Rocío tras desaparecer con su abuelo, ya fallecido, en Manzanilla (Huelva). / Europa Press

El pequeño Daniel, el menor que desapareció junto a su abuelo en la localidad onubense de Manzanilla el pasado 7 de diciembre, ha fallecido en la mañana del 13 de diciembre en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde se encontraba ingresado desde que lo encontraron, 20 horas después de su desaparición. 

La madre, que había hablado con los medios de comunicación un rato antes del fatal desenlace, informaba que al pequeño le habían retirado la sedación por completo para ver cómo respondía. Continuaba con respiración asistida porque aunque él estuviera respirando por sí mismo no le llegaba oxígeno suficiente a los pulmones. La mujer, visiblemente afectada, aseguraba que su abuelo "estaría con él, dándole la mano y luchando con el pequeño hasta el final".  

Durante la mañana del 12 de diciembre los padres del menor habían desmentido, como se había asegurado en algunos medios, que el bebé estuviera respondiendo favorablemente. Lo confirmaron ellos mismos a las puertas del Hospital Infantil Virgen del Rocío, en Sevilla.

Informaron de que esas supuestas respuestas del menor a algunos estímulos, como apretar la mano de un sanitario, son espasmos que sufre el propio cuerpo cuando está sedado. No obstante lo que sí ha sucedido es que le han bajado ligeramente la cantidad de sedante que estaba recibiendo, pero Daniel continúa muy grave y con respiración asistida.

Cronología de lo sucedido

Desde que tuvo lugar el suceso el pasado miércoles 7 de diciembre se confirmaron y desmintieron algunas informaciones sobre el abuelo y el menor desaparecidos que provocaron algo de ruido acerca de lo ocurrido. Lo que se ha conocido que sucedió es que el abuelo, de nombre Antonio, acudió esa misma tarde a dos centros de salud cercanos porque tenía una dolencia y puesto que tenía a su nieto a su cargo se lo llevó con él. Sin embargo, cuando el abuelo llegó, las urgencias de ambos centros estaban abarrotadas, por lo que decidió marcharse.

No fue un suicidio

Ya en el coche, y según desveló la autopsia, Antonio comenzaría a encontrarse mal. Era diabético y estaba sufriendo una bajada de glucosa. El motivo por el que desvió el coche a un camino pudo deberse o bien a que se desorientó como consecuencia de lo que había llovido esos días, o bien fue un intento de intentar resguardarse o quizás el propio estado en el que estaba le hizo perder el control. 

Ya con el coche parado los expertos entienden que le fue imposible pedir auxilio desde su teléfono móvil así como tampoco alcanzó a inyectarse insulina. Eso podría explicar lo que algunas fuentes han dicho acerca del hallazgo de jeringuillas con la medicación en el automóvil.

Al parecer, varios familiares y amigos lo llamaron y escucharon como éste descolgaba el teléfono pero no se escuchaba nada. Es posible que Antonio, semi inconsciente, pudiera realizar esta acción pero le fuera imposible emitir ningún sonido para que fueran a socorrerlos.

Si bien es cierto que Antonio, desde su jubilación por un accidente laboral, padecía una fuerte depresión y había tenido intentos previos de quitarse la vida, en esta etapa se encontraba mejor y sus allegados aseguran que sería incapaz de poner en peligro a Daniel porque, de hecho, era uno de los motivos que le hacían seguir viviendo.

Antonio ya había fallecido cuando lo encontraron

El coche en el que se encontraban el abuelo y el nieto lo halló un trabajador de la zona. Lo había visto el día anterior en el camino pero no le había dado importancia y tampoco se había percatado de que hubiera nadie en su interior. Sin embargo cuando este trabajador vio el coche en las noticias recordó que era igual al que había en el camino. Fue gracias a él que la Guardia Civil pudo dar con el vehículo el 8 de diciembre, 20 horas más tarde. 

Cuando los agentes llegaron Antonio ya había muerto. En un primer momento se informó de que el abuelo seguía con vida cuando los rescataron pero la autopsia desveló que murió a las pocas horas de desvanecerse. Sus familiares explicaron que lo hizo de un infarto después de la bajada de glucosa. 

El pequeño en ese momento estaba en estado de hipoglucemia e hipotermia y fue trasladado de urgencia primero al centro de salud de La Palma del Condado y luego en helicóptero al Hospital Virgen del Rocío, donde se encuentra desde entonces. En el helicóptero éste comenzó a llorar y eso esperanzó a los sanitarios, pero cuando llegó al hospital estaba muy grave. 

Al pequeño le hicieron varias pruebas cuando lo ingresaron, pero lo que indicaban no era nada halagüeño. Los resultados del TAC que le hicieron no fueron optimistas, según informaron los sanitarios. Las próximas horas serían cruciales para él. 

El funeral por la muerte de Antonio tuvo lugar el viernes, 9 de diciembre, en Manzanilla, tras el cual fue incinerado. Ahora todas las miras están puestas en el bebé y en cómo evoluciona en las próximas horas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios