Sociedad

Guía para sobrevivir a las reuniones familiares de Navidad

La cena de Navidad no debería ser un campo de minas, sino un momento agradable con la familia.

La cena de Navidad no debería ser un campo de minas, sino un momento agradable con la familia.

Las reuniones familiares son uno de los pilares más importantes de las fechas navideñas, pero al mismo tiempo pueden también ser una de las peores fuentes de conflicto que alguien se puede encontrar. Desde conversaciones políticas que hacen que el salón de casa de la abuela parezca el Congreso de los Diputados a comentarios innecesarios y bastante incómodos sobre la apariencia de uno, aquí te damos algunos consejos para sobrevivir las reuniones familiares de esta Navidad.

Establecer límites

Para evitar posibles conflictos a lo largo de las comidas y cenas de estos días se puede probar a establecer una serie de temas de los que no se debe hablar, puede ser política, puede ser fútbol o cualquier otra cosa personal, profesional o de ocio.

Si no se han establecido de antemano, se pueden mandar avisos (para tener la fiesta en paz) y que la conversación no derive hacia temas más peliagudos. Y si los límites se sobrepasan y se empiezan los papeles, una retirada a tiempo puede ser la mejor aliada para calmar las aguas: desde alejarse físicamente como de forma verbal, dando el tema por zanjado y cambiando el tercio (por ejemplo: "creo que es mejor hablar de otra cosa, porque no se está sacando nada en claro de esta conversación").

Recuerda que el plan no es llevarse bien con todo el mundo, sino más bien mantener una relación cordial (por lo menos en el tiempo que dure el evento).

Cuidado con el alcohol

Navidad y alcohol suelen ir de la mano y las bebidas espirituosas suelen ser parcialmente culpables de que las conversaciones puedan complicarse en Navidad. Si se ve venir que alguno de los invitados se está comenzando a pasar con el alcohol siempre es una buena idea pedir de forma amistosa y educada si puede dejar de beber. 

Esto también se puede aplicar a uno mismo, no excederse con la bebida puede ayudar a que no la líe y se mantenga la fiesta tranquila para todos los asistentes.

Tómate un momento antes de contestar

Es habitual que los familiares vayan a chinchar con algunas de sus preguntas ("¿tienes pareja?", "¿para cuándo la boda?", "¿y los niños?") y si presionan más de lo que deben pueden salirse con la suya y lograr una reacción negativa. Por eso siempre es buena idea tomarse un momento y respirar profundamente antes de contestar.

Un consejo que también puede aplicarse a gran parte de las conversaciones que tengan lugar, siempre es mejor esperar un minuto, para tener tiempo para valorar si realmente merece la pena meterse al trapo o si es mejor dejarlo pasar y evitar encontrarse en mitad de una discusión.

Ten cerca a tus amigos (y lejos a tus 'enemigos')

Las familias se conocen entre ellas, a estas alturas seguramente sabes quiénes son los que más te pueden complicar la noche y con quiénes puede ser más llevadera la reunión. Por eso, si los asientos no están fijos, puede ser una buena idea sentarse en la zona en la que más tranquilidad se puede tener durante la velada, evitando así el riesgo de conflictos.

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