El poniente es lo que tiene. La amenaza de lluvia no desaparece si viene acompañado de nubes. Pero la fe mueve montañas y los 192 nazarenos estaban como si el cielo se hubiera aliado con La Columna. Y así fue. Antes de que se abrieran las puertas de la Capilla Nuestra Señora de Europa y la Cruz de Guía de la hermandad hiciera su aparición en el dintel del templo, muchísima gente abarrotaba la Plaza Alta esperando la salida de Jesús.

La tarde fue una sucesión de comprobaciones del parte meteorológico y dos veces la lluvia quiso ser protagonista. Pero el Lunes Santo es de Jesús Atado y María Santísima de Las Lágrimas.

Poco a poco se formó el cortejo. Todo el mundo pensaba que si el año pasado pudo ser, éste también. A las 20:00 horas se abrieron las puertas y la esperanza se adueñó de los hermanos nazarenos. Es lunes de túnica de color rojo con capa y antifaz blanco. La profesión va por dentro.

La Columna es parte del patrimonio espiritual de Algeciras y nadie llegó tarde a la cita. La Hermandad no las tuvo todas consigo. Pero con previsión todo tiene arreglo. Por eso se ordenó un recorrido más corto evitando San Isidro y solo si Dios quiere los hermanos se atreverían a llegar un poquito más lejos.

Hacerse un hueco cerca de la capilla Europa no resultó fácil y menos si había niños de por medio. La Columna salió del templo en una maniobra difícil ante la emoción y el aplauso. La Banda de cornetas y tambores Nuestro Padre Jesús Nazarenos de Arahal (Sevilla) le acompañó por décimo año consecutivo. Más de media hora más tarde Las Lágrimas también se abrió paso en la Plaza Alta. Más emoción y más temor porque las nubes descargaron un poco de agua aunque no hubo dudas y María Santísima siguió llorando a su hijo. El himno de España a cargo de la Banda de Música de Coria del Río hizo presagiar lo mejor. Era un día para estar agradecidos. La gente comentaba que el paso de palio es el mejor de Algeciras y que bien podría participar en La Madrugá sevillana. La calle habla.