Ecce Homo y Buena Muerte

Gris Miércoles Santo en Algeciras

  • La amenaza de lluvia y un chispeo cuando los pasos estaban en la calle marcan la jornada

  • La Buena Muerte decide volverse al poco de salir

  • El Ecce Homo cubre su recorrido, pero adelanta el regreso al barrio

El Ecce Homo de Algeciras. / JORGE DEL ÁGUILA

LA constante amenaza de lluvia, y un chispeo cuando el Ecce Homo estaba en la carrera oficial y la Buena Muerte enfilaba la calle Tarifa, tiñeron de gris el Miércoles Santo algecireño.

De los días de verano que Algeciras y sus cofradías disfrutaron en el arranque de la Semana Santa se pasó en un santiamén a un cielo encapotado, oscuro, que provocó incluso que las dos hermandades dudaran de sus salidas. Una, el Ecce Homo de Las Colinas, tuvo que retocar un poco el recorrido y, sobre todo, acelerar el paso en algunos momentos para adelantar la recogida. La otra, la Buena Muerte, pisó las calles del barrio para volverse a La Caridad a los pocos minutos, primero la Virgen del mayor Dolor y luego el Crucificado, a los que el agua no les causó ningún daño, según confirmó el hermano mayor, José Manuel Sánchez Bautista con lágrimas en los ojos por el disgusto.

El principal estreno este año era la restauración de los varales del palio del Mayor Dolor. El taller Paula Orfebres ha enriquecido los varales para evitar el excesivo cimbreo que había en los últimos años con el palio de cajón.

También, la hermandad continúa con los nuevos bordados del palio, a cargo de Adrián Androver. Las bambalinas son nuevas.

Como cada año, a los pies del Cristo, lució un tricornio de la Guardia Civil. La Benemérita, en concreto la Comandancia de Algeciras, es hermana mayor honoraria de la corporación. El comandante Jesús Núñez presidió el misterio y varios guardia civiles de gala escoltaron los pasos.

El Cristo de la Buena Muerte, en la plaza Juan de Lima. El Cristo de la Buena Muerte, en la plaza Juan de Lima.

El Cristo de la Buena Muerte, en la plaza Juan de Lima. / Erasmo Fenoy

En cuanto al acompañamiento musical, el Cristo va en silencio, aunque cuando está parado un trío de capilla toca unas tristes notas. La banda de música Unión Musical Astigitana acompañó a la Virgen en los escasos minutos en los que estuvo en la calle.

El Ecce Homo de Las Colinas sigue creciendo. El barrio se reencontró con su Jesús en la presentación al pueblo, por segundo año consecutivo, en esta tarde gris de Miércoles Santo en la que la humilde hermandad estrenó dos nuevas figuras: Poncio Pilatos y su mujer, Claudia Prócula.

Un momento después de las seis y media de la tarde y tras unos minutos de incertidumbre por si la hermandad decidía dejarlo en el templo ante la previsión de lluvia, el paso pisó la calle Verdiales con el himno de España, interpretado por la Agrupación Musical Santísimo Cristo de la Clemencia, de Jerez de la Frontera, como banda sonora.

Es realmente emocionante cómo los costaleros logran sacar el paso de la parroquia de San José, con las figuras bajadas porque apenas cabe por la puerta y ayudados por una plataforma que elimina la cuesta en la que se encuentra la iglesia. El aplauso de los vecinos de Las Colinas fue la recompensa por el esfuerzo. Tras recomponer el paso, colocándole las potencias a Jesús, la procesión enfiló la plaza del Querer en dirección a la rotonda del Milenio.

Salida de la hermandad de Buena Muerte.

La imagen de Poncio Pilatos lleva varios años en la hermandad. La de Claudia Prócula es nueva. Ambas se estrenaron, así como los incensarios para el cortejo. La cofradía irá aumentando cada año las figuras de la escena bíblica hasta ocho. Probablemente en un futuro salga de la plaza de toros de Las Palomas. El desfile se acortó un poco tras decidir el consejo eliminar el paso por el parque María Cristina y atravesar directamente por Capitán Ontañón.

Una fina lluvia sorprendió al paso en la carrera oficial, minutos antes de su presentación ante la Virgen de la Palma, patrona de Algeciras, pero el Ecce Homo logró cumplir con su objetivo. Eso sí, tras eso emprendió el camino acelerado de vuelta hacia Las Colinas. Allí le esperaba de nuevo su gente, la que consigue que cada año esta hermandad siga creciendo. Que sea para muchos años.

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