Semana Santa | Lunes Santo

El Silencio impregna La Línea de sobriedad

  • La hermandad acorta el recorrido de regreso a su templo por la amenaza de lluvia

El Santísimo Cristo de la Esperanza.

El Santísimo Cristo de la Esperanza. / Jorge del Águila

Y el silencio se volvió a hacer en La Línea tres años después. La Hermandad de Penitencia del Santísimo Cristo de la Esperanza, María Santísima de la Concepción y San Juan Evangelista, más conocida por el Silencio, llenó de recogimiento la ciudad a su paso desde la parroquia de San Pío X.

Debido a la amenaza de lluvia a partir de medianoche, la hermandad decidió acortar su recorrido de vuelta para llegar a su templo una hora y media antes de lo previsto.

El luto este año era más riguroso si cabe tras el fallecimiento, el pasado mes de enero, de Luis Mañasco, uno de los impulsores de su fundación en 1956. Mañasco desempeñó las funciones de hermano mayor hasta 1962 y posteriormente formó parte de la junta de gobierno en diversos mandatos.

Los alrededores de la parroquia enmudecieron cuando la cruz de guía salió a la calle Ángel acompañada de los nazarenos, de riguroso ruan negro. Al avanzar el paso de misterio con el Santísimo Cristo de la Esperanza el silencio solo era roto por el sonido de los pasos de los costaleros, las instrucciones de los capataces y las campanas de San Pío X, ya que procesiona sin acompañamiento musical.

El palio, de cajón, estrenaba este año una imagen de San Juan Evangelista, obra de José Antonio Navarro Arteaga, junto a María Santísima de la Concepción. El acompañamiento musical, también sobrio a cargo del trío de capilla Lignum Crucis, de La Línea.

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