Penas y Dolores

La pena es grande en Santiago donde la lluvia obliga a regresar

  • El paso de misterio se queda sin el llamador tras la primera levantá

La junta de gobierno de la Hermandad de Jesús de las Penas y María Santísima de los Dolores actuó ayer con valentía y decidió salir a la calle ya que el cielo estaba despejado y con pocas nubes pero la climatología fue adversa y cuando la cofradía llevaba una hora y media en la calle tuvo que darse la vuelta.

Las primeras gotas empezaron a caer y ante la posibilidad de que la cosa fuera a más la junta de gobierno no quiso arriesgase y cuando la hermandad se encontraba en la calle Gibraltar, en el inicio de su estación de Penitencia, prefirió dar media vuelta.

Los minutos previos a que se abrieran las puertas del templo del Santiago, en el interior de la parroquia todo era calma, orden y recogimiento, como en años anteriores.

Los nazarenos aguardaban sentados en el orden que les correspondía en el cortejo, mientras que los costaleros se preparaban para ocupar su lugar en las trabajaderas. Por cierto bajo las de Jesús de las Penas, un año más, estuvieron dos ciudadanos británicos que sienten la semana de Pasión linense como suya.

Las puertas se abrieron a las ocho y la cruz de guía anunció a los presentes en la calle Jardines que la procesión iba a comenzar.

El primero en cruzar las puertas fue el paso de misterio a las 20:15, mientras que la Dolores, que llevaba luto por el fallecimiento de alguien vinculado a la cofradía, tardó media hora más en salir a la calle. Ambas cuadrillas salvaron con esfuerzo pero sin problemas la estrecha puerta de la iglesia de Santiago.

Una de las anécdotas de la tarde fue que el llamador del paso de misterio se rompió en la primera levantá.

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