La procesión del Sagrado Corazón de Jesús, que durante todo el año permanece en la capilla de las Religiosas Misioneras de la Inmaculada Concepción, por la calles de Domingo de Resurrección puso el epílogo a la Semana Santa de Tarifa.

Pasaban más de la una de la tarde cuando el cortejo procesional salía a la calle ante un esplendoroso y soleado mediodía. San Mateo volvía a erigirse como epílogo de una Semana Santa, que como en muchas partes de la comarca del Campo de Gibraltar estuvo condicionada por la meteorología.

Ayer, el Sagrado Corazón salía a la calle entre un repicar de Gloria y mucho público que quiso asistir a la última procesión de imágenes que representan y configuran un mapa inconoclástico de la fe cristiana.

Tras la misa de doce, la figura del Cristo Resucitado en su pequeño paso de misterio se adentraba desde el templo en San Mateo hacia la calle Coronel Moscardó, Plazoleta Hermanos Costaleros, Guzmán el Bueno, Plaza de Pedro Alfonso, Sancho IV el Bravo para regresar aproximadamente una hora después a su templo.

Al Cristo le acompañó en su procesionar dos filas de devotos cristianos en el regocijo de asistir al capítulo de la resurrección del Cordero de Dios tras el tormento y pasión del Cáliz impuesto. La banda municipal de música Manuel Reiné decoró el paso en su breve tránsito por el mediodía tarifeño del Domingo de Gloria.

La procesión del Cristo Resucitado se realizó por primera vez en el año 1927, pero lo cierto es que ha sido desde el año 1994 cuando se ha incluido dentro de los desfiles procesionales de la Semana de Pasión del municipio y a pesar de no figurar como hermandad, sí cuenta con muchos hermanos cofrades que le profesan su cariño. Ayer volvió a recorrer el plateado adoquinado tarifeño en el epílogo de la Semana Santa.